La Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco) inspeccionó durante horas la "Great Barrier Reef" (Gran Barrera de Coral), ubicada en Australia, con el fin de comprobar la salud del ecosistema más grande del mundo compuesto por miles de arrecifes y corales multicolores que comprende 2.000 kilómetros de la costa nororiental de dicho país y que aportan cada año miles de millones de dólares al sector turístico.
Diversas organizaciones informaron previamente que parte del coral ha sufrido graves daños y algunas especies de animales, incluyendo dugones y grandes tortugas verdes, están en peligro de extinción.
La Unesco anunciará el miércoles si incluirá a la Gran Barrera de Coral en la lista del Patrimonio Mundial en peligro de extinción, una decisión que el Gobierno australiano quiere evitar por todos los medios.
Tal clasificación podría conllevar a restricciones para el transporte marítimo y la ampliación de puertos, lo que afectaría a su vez el negocio de materias primas y energía en Australia.
Los ministros australianos han negociado en el extranjero, mientras que los delegados se sumergían en las áreas menos dañadas del arrecife de coral tras una advertencia lanzada por la organización perteneciente a la ONU de que podría incluirse en su lista negra.
Peter Gash, el director gerente del complejo ecológico Lady Elliot Island en el extremo sur del arrecife, espera que el Gobierno cumpla con su misión.
"No me quedan dudas de que los delegados de la Unesco tenían la percepción de que la barrera de coral estaba muerta. Pero no es el caso en absoluto", indicó Gash.
"Yo creo y muchas personas creen que la barrera de coral se está recuperando poco a poco", aseguró.
Pero no todo el mundo parece tan convencido después de que en el 2010 un buque de carbón chino encallara en el arrecife.
Greenpeace informó que la mitad de los corales del arrecife se han perdido en los últimos 30 años.
Por su parte, a principios del 2015, la Unesco dijo que la perspectiva para el arrecife no era alentadora.
Fuente. Reuters