Hasta ahora se pensaba que la relación entre la oruga de la mariposa azul Narathura japonica mantenía una relación simbiótica con las hormigas, ofreciendo alimento a cambio de protección. Sin embargo, un equipo de científicos descubrió que en verdad lo que hace esta larva es drogar a los insectos.
La oruga de la Narathura japónica pasa la mayor parte de su vida entre las hojas de roble, intentando protegerse de las avispas y arañas hasta terminar su crecimiento. Para ello, ofrece pequeñas gotas de un néctar azucarado que ella misma segrega. A cambio de este líquido, las hormigas entran en una especie de trance y atacan a los depredadores cuando la oruga expande unos tentáculos que tiene en su interior.
El profesor Masaru Hojo, de la Universidad de Kobe (Japón), halló que este néctar es una droga con altos niveles de dopamina que mantiene a las hormigas completamente al servicio de la Narathura. Al introducir un inhibidor de dopamina en los insectos, estos abandonan a la oruga para volver a sus quehaceres.
Además, las hormigas que protegen a la Narathura son siempre las mismas, pues abandonan completamente su nido o la búsqueda de comida para permanecer alimentarse solo de néctar.
Los científicos ahora se centran en hallar el mecanismo que usa la oruga para lograr que estos insectos entren en un estado agresivo y ataquen. La hipótesis es que los tentáculos que despliega emiten algún tipo de feromonas que interactúan con la dopamina en el organismo de la hormiga.
Por otra parte, el coctel exacto de sustancias que ingiere el insecto aún no ha podido ser precisado totalmente.
Fuente: Gizmodo.es