¿Qué puede pasar con la nave rusa que viaja sin control?
¿Qué puede pasar con la nave rusa que viaja sin control?
Redacción EC

Finalmente hay un poco más de certeza con respecto al momento en el que reingresará a la  la nave rusa Progress M-27M, la cual ha estado volando descontroladamente en la órbita terrestre desde la semana pasada.

Recientemente, la Agencia Espacial Federal Rusa, Roscosmos, que ha estado a cargo del lanzamiento y manejo de Progress M-27M, informó que la nave estaría llegando a la Tierra entre las 17:13 pm (GMT-5) y las 20:51 pm (GMT-5) de hoy.

Sin embargo, el Departamento de Desechos Espaciales de la (ESA, por sus siglas en inglés), advirtió acerca de la complejidad en la predicción exacta de la hora.

"La falta de certeza con respecto al momento preciso en el que se producirá el impacto tiene que ver con la dificultad de calcular la fuerza de arrastre que lleva la nave, lo que es característico en estos casos”, explicó Holger Krag, director del mencionado departamento, un blog oficial de la organización.

ESA también indicó que las posibilidades de que Progress M-27M reingrese en América del Norte o Europa han disminuido significativamente.

Fuera de control

El aparato fue lanzado desde Kazajistán el pasado martes 28 de abril, pero poco tiempo después, se interrumpió el contacto tras una falla en el sistema de comunicaciones.

El objetivo de la nave espacial era llevar suministros a la Estación Espacial Internacional.

A partir de ese momento, Roscosmos perdió el control de la cápsula, que empezó a girar sin dirección.

Desde entonces, ha estado descendiendo lentamente y orbitando a la Tierra en un recorrido que la ha llevado por la costa este de Estados Unidos, Colombia, Brasil e Indonesia.

El destino final de la nave era la (EEI), que orbita a unos 420 km sobre la Tierra, y la misión era llevar comida, agua, combustible, oxígeno y ropa a sus astronautas.

Riesgos para la Tierra

Se prevé que Progress M-27M se desintegre al entrar en la atmósfera terrestre.

Según Roscosmos, "muy pocas partes, y pequeñas en tamaño, podrían alcanzar la superficie de nuestro planeta".

Según la ESA, aunque las 7 toneladas de peso de la nave permiten esperar que la misma arda al ingresar en la Tierra, no se puede descartar que alguna de sus partes (como los tanques de combustible o el mecanismo de acoplamiento) sobrevivan a este proceso.

"Pero incluso si ese es el caso, la superficie de la Tierra es de gran tamaño, así que lo más probable es que al reingresar, esas partes cayeran sobre el agua, el desierto o áreas inhabitadas”, se señala en un blog de la ESA publicado a propósito del incidente.

Se espera que al reingresar a la Tierra, la casi totalidad de Progress M-27M se desintegre.

Se agrega que en seis décadas de vuelos espaciales, ninguna persona ha sido golpeada por desechos espaciales, y no hay nada que indique que esta ocasión pueda ser una excepción.

"Es importante entender que el riesgo para cualquiera en la Tierra es extremadamente pequeño”, finaliza.

Cathleen Lewis, experta en programas espaciales rusos del Museo Espacial Nacional Smithsonian, en Washington (Estados Unidos), coincide.

"La probabilidad de que una pieza impacte a una persona son remotas y minúsculas”, afirma.

Millones de desechos en la órbita terrestre

Este tipo de eventos, sin embargo, no son inusuales.

Según la NASA, "un pedazo de desecho espacial ha caído en la Tierra diariamente a lo largo de los últimos 50 años, pero no hay confirmación de que haya causado heridas graves o daño significativo en estructuras”.

Información recopilada por la organización revela que existen más de 21.000 piezas con una longitud superior a los 10 cms que están orbitando la Tierra.

También se han documentado más de 500.000 partículas que tienen un tamaño que oscila entre 1 y 10 cm. Mientras que las partes de menos de 1 cm, exceden los 100 millones.

"Los pocos componentes que sobreviven al intenso calor que experimentan en el proceso de entrada a la atmósfera terrestres suelen caer en los océanos, en la tundra canadiense, en la vasta y remota zona del centro de Australia o en Siberia”, indica el sitio web de la NASA.

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