El cáncer de próstata es el tipo de cáncer más común en los hombres del Perú y en el mundo. Cada año más de 4 mil casos nuevos son detectados en el país, con un nivel de mortalidad que oscila alrededor de los 2,486, según datos del Ministerio de Salud. Sin embargo, esta enfermedad no es la única de la cual los hombres deben preocuparse. Hay otras que se manifiestan con frecuencia y que se relacionan con este tipo de cáncer, son: la hiperplasia prostática benigna (HPB) y la prostatitis.
Cuando el hombre supera los 50 años es normal que la próstata pueda aumentar de tamaño, pero si se agranda demasiado puede ocasionar problemas y enfermedades asociadas. Este es el caso de la HPB, una de las más comunes y afecta a 1 de cada 3 hombres después de los 65 años de edad. Esta patología aumenta el tamaño de la próstata, causando goteo después de orinar o la necesidad de hacerlo con frecuencia, especialmente por la noche.
Por otro lado, la prostatitis implica una inflamación en el órgano masculino pero acompañada de una infección generalmente causada por bacterias de las glándulas prostáticas. Generando una variedad de síntomas urinarios, molestias al tener relaciones sexuales y disfunción eréctil. El grupo de riesgo son hombres menores de 50 años y afecta al 5 y 10%.
FACTORES DE RIESGO
Haber tenido familiares con cáncer de próstata triplica el riesgo de presentarlo. Otro factor que juega un papel primordial en el desarrollo de esta enfermedad es la raza, estudios han determinado que los afroamericanos tienen una mayor incidencia de cáncer. Además, aquellas personas que no tienen una dieta adecuada y no realizan una actividad física frecuente, también podrían entrar en el grupo de riesgo.
Por tal motivo, los hombres deben estar atentos a síntomas como: dificultades y esfuerzo para orinar, problemas de erección, debilidad o dolor en piernas, pies, espalda o caderas. Al igual que infecciones, sangrados, goteos o escapes en la orina.
RECOMENDACIÓN
José Carlos Revilla, Jefe del Servicio de Oncología del Hospital Nacional Alcides Carrión, recomienda ante todo una conducta de prevención, mediante la visita periódica de un especialista a partir de los 40 años. Además, la realización del examen de sangre del PSA (Antígeno Prostático Específico) o el examen digital del recto. Pero sobretodo, una buena alimentación. Frutas y verduras, como el tomate, la toronja y la sandía, previenen futuros problemas en la glándula prostática, ya que son ricas en licopenos, una sustancia que disminuye el riesgo de cáncer.