Si se trata de comida, las ratas muestran arrepentimiento cuando sus decisiones las llevan a perderse una oportunidad de mejor alimento. Así lo afirma un nuevo estudio que ha identificado este comportamiento por primera vez en mamíferos no humanos.
Los investigadores crearon situaciones en las que las ratas debían elegir si esperaban una recompensa comestible por un determinado lapso de tiempo o si seguían adelante en busca de otra opción.
Aquellos animales que eligieron seguir y se encontraron con que la siguiente oferta de comida era peor que la anterior, mostraron, dicen los científicos, un comportamiento de arrepentimiento.
El experimento fue dirigido por expertos en neurociencia de la Universidad de Minnesota, Estados Unidos, y sus hallazgos se describen en la revista especializada "Nature Neuroscience".
El trabajo sugiere que los pensamientos similares al arrepentimiento pueden afectar las futuras decisiones de los roedores y disipa la creencia de que este sentimiento es exclusivo de los humanos.
David Redish, miembro del equipo investigador, precisó que es importante diferenciar arrepentimiento de decepción. "Arrepentimiento es el reconocimiento de que cometiste un error, de que si hubieras hecho otra cosa, habrías estado mejor", dijo Redish.
"La parte difícil era que teníamos que separarlo de la decepción, que es sólo cuando las cosas no son tan buenas como esperabas. La clave fue dejar que las ratas eligieran".
Restaurante lleno
Para su experimento, los científicos crearon una tarea llamada "fila de restaurante", en la que las ratas decidían cuánto tiempo estaban dispuestas a esperar por diferentes alimentos durante un lapso de 60 minutos. "Es como esperar en fila en un restaurante", explicó Redish.
"Si la fila es muy larga en el restaurante chino, te das por vencido y vas al restaurante indio de enfrente", ejemplificó el investigador.
Las ratas esperaban más por sus sabores preferidos, por lo tanto los científicos pudieron determinar las opciones alimenticias buenas y malas. Ocasionalmente, las ratas decidían no esperar por una buena opción y seguían adelante, solo para encontrarse ante una peor opción. Los expertos llaman a esto situación inductora de arrepentimiento.
En estos casos, las ratas a menudo hacían una pausa y miraban hacia atrás, a la recompensa que se habían perdido. Los animales también hacían cambios en sus decisiones subsiguientes, y tendían a estar más dispuestas a esperar en la siguiente área y abalanzarse al bocado que se les daba.
Los científicos dicen que tal comportamiento es consistente con la expresión de arrepentimiento.
En los experimentos en los que las ratas se encontraban con la peor opción sin haber tomado decisiones incorrectas, tal comportamiento no se producía.
"En humanos, una parte del cerebro llamada corteza orbitofrontal se activa durante el arrepentimiento. Encontramos que en las ratas que reconocían que habían cometido un error sus cortezas orbitofrontales representaban las oportunidades perdidas", dijo Redish.
"Lo interesante es que la corteza orbitofrontal de la rata representaba lo que la rata debería haber hecho, no la recompensa perdida. Esto tiene sentido porque uno no se lamenta por lo que no consiguió, uno se lamenta por lo que no hizo".
Redish cree que este modelo animal de arrepentimiento podría usarse ahora para ayudar a entender como el arrepentimiento afecta las decisiones que toman los humanos.
Mark Walton, de la Universidad de Oxford, en Reino Unido, revisó el estudio y dijo que sus hallazgos son significativos porque muestran un alto nivel de habilidad cognitiva en ratas.
"Es una forma inteligente de estudiar el proceso cognitivo, mirar cómo las ratas hacen estas tareas puede revelar cómo piensan y se comportan en la naturaleza", dijo Walton.