CHICAGO. La incidencia de asma infantil en EE.UU. se ha estabilizado tras aumentar durante varias décadas, según un estudio del gobierno, y los investigadores tratan de identificar los motivos que expliquen la tendencia.
Una posible estabilización en las tasas de obesidad infantil y un declive en la contaminación del aire son algunos de los factores podrían haber ayudado a reducir los casos en niños, según el estudio realizado, que analizó datos entre el 2001 y el 2013.
En total, la tasa media de asma en niños de 17 años o menos aumentó ligeramente, después se estabilizó y terminó remitiendo para cuando acabó el estudio, cuando el 8,3% de los niños la sufrían. Los datos variaban en algunas regiones, razas y edades. El estudio se publicó en la revista “Pediatrics”.
MATICES EN LAS TENDENCIAS
La incidencia de asma infantil se multiplicó por dos entre 1980 y 1995, debido en parte al aumento de la concienciación y del diagnóstico. El nuevo estudio muestra aumentos más moderados después de esa fecha, hasta el 9,3% del 2010.
El declive en los últimos años se produjo en niños menores de 5 años, niños mexicanos, menores que vivían en el la zona centro-norte del país y en familias que no eran pobres. La tasa se mantuvo plana entre los niños blancos y los que vivían en el nordeste y el oeste, pero aumentó en los que tenían entre 10 y 17, niños de familias pobres y los que viven en el sur. La incidencia aumentó entre los menores negros antes de estabilizarse.
El estudio se basa en sondeos sanitarios en persona realizados por el gobierno, en los que se preguntó a los padres de más de 150.000 niños si se había diagnosticado asma a sus hijos.
Datos no incluidos en el estudio indican que la tasa del 2014 subió ligeramente al 8,6%, pero todavía no está claro si ese cambio es real, informó la autora principal del informe, la doctora Lara Akinbami, del gubernamental Centro Nacional de Estadística de Salud.
FUERZAS ENFRENTADAS
Se desconoce la causa precisa del asma, pero las autoridades creen que hay varios factores juegan un papel o provocan los ataques. Entre ellos están la contaminación del aire, la obesidad, el humo de tabaco, el nacimiento prematuro y las infecciones respiratorias en la infancia. Los cambios dispares en algunos de estos factores complican los esfuerzos por comprender las tendencias del asma, explicó Akinbami.
Por ejemplo, si bien la calidad del aire en EE.UU. ha mejorado en general en las últimas décadas, los niños que van a escuelas junto a carreteras con tráfico denso podrían no beneficiarse de esa mejoría. Y si bien el consumo de tabaco en el país se ha reducido, el aumento de las temperaturas podría prolongar algunas estaciones del año y por tanto la exposición de los niños al polen.
Fuente: AP