En la página de la semana pasada vimos algunos de los descubrimientos y avances científicos más importantes del año, principalmente en la arqueología, astronomía, medicina y en la lucha contra el cambio climático. Hoy continuaremos con ese importante listado.
LEE TAMBIÉN: Lo más destacado de la ciencia en el 2021, desde el desarrollo de vacunas hasta la ampliación de las fronteras del espacio
Piedras angulares
Uno de los avances más importantes de lo que va de este siglo, y cuya aplicación podría cambiar drásticamente muchos aspectos de nuestras vidas, es la reproducción tridimensional de la estructura de las proteínas.
Empecemos explicando que las proteínas son los ladrillos con los cuales se construyen los tejidos y órganos de todos los organismos, incluyendo el ser humano.
Nuestra sangre, incluyendo a la hemoglobina, que transporta el oxígeno a todo el cuerpo; el cerebro, donde la materia gris y las neuronas se encargan de los procesos neurológicos; y los músculos, que nos mueven, son tan solo unos ejemplos de tejidos construidos con proteínas. Entender las estructuras que las forman nos permite entender cómo funcionan, fallan, y cómo pueden ser reparadas.
“Por primera vez se usaron exitosamente anticuerpos clonados en laboratorio para combatir infecciones en pacientes”.
El modelaje de la estructura de las proteínas existe desde 1957, cuando Max Perutz y John Kendrew determinaron la estructura molecular de la hemoglobina con cristalografía de rayos X. Poco después se determinó la secuencia de aminoácidos que forman las proteínas, lo que permitió predecir sus estructuras.
Sin embargo, estos modelos resultaban extremadamente laboriosos para modelar las proteínas, reproducirlas y sintetizarlas. Después de medio siglo, recién se habían sintetizado algunas proteínas simples.
Fue la inteligencia artificial lo que permitió predecir las formas de las proteínas. Con las supercomputadoras se ha detallado estructuras de todo tipo de proteínas. Las posibilidades de investigación y los descubrimientos que esto permitirá en las décadas venideras son de alcance global.
Programas biológicos
En ocasiones anteriores hemos hablado sobre el CRISPR, una técnica para editar material genético que causó controversia cuando un científico chino trató de mejorar embriones. Esta metodología y su uso responsable han avanzado, y este año se usó exitosamente para reprogramar células de órganos en personas vivas.
La técnica revolucionaria se puso a prueba inyectando ARN editado al hígado de personas con un mal congénito, donde los tejidos del hígado producían una toxina que causaba daños severos. La producción de la toxina del hígado bajó drásticamente.
Otra prueba exitosa fue en personas con ceguera, causada por una condición congénita en la que los tejidos del ojo no producen una proteína esencial para la visión. Inyecciones con un virus portando ARN instruyeron a las células que infectaron para que produzcan la proteína crucial. Al cabo de unos meses, algunos pacientes empezaron a detectar contrastes de luz. Los resultados auguran tratamientos que antes eran impensables.
En Tierra y en Marte
Otros logros extraordinarios del año también están ligados a la genética. Por primera vez se usaron exitosamente anticuerpos clonados en laboratorio para combatir infecciones en pacientes. Estos anticuerpos monoclonales se habían aplicado anteriormente para tratar algunos cánceres y enfermedades autoinmunes. En el 2021 se usaron por primera vez, con resultados muy positivos, contra el VIH, la malaria y el COVID-19. Si bien su costo y condiciones complejas para administrarlos limitan su uso, se espera simplificar, abaratar y diversificar su utilización.
Los avances en genética también permitieron adelantos en la antropología. Las técnicas de extracción y análisis de material genético han avanzado mucho, permitiendo leer material genético de neandertales y animales que vivieron en Europa hace más de 80.000 años, lo que ha ayudado a identificar nuevas líneas de evolución y expansión.
“Las proteínas son los ladrillos con los cuales se construyen los tejidos y órganos de todos los organismos, incluyendo el ser humano”.
Por otro lado, técnicas para estudiar suelos han contribuido a un avance notable en el estudio de Marte. En el 2021, nuestro vecino más próximo recibió tres misiones exploratorias que hicieron historia.
En febrero entró en órbita marciana la primera sonda espacial de los Emiratos Árabes Unidos: Esperanza, que orbitará y estudiará la atmósfera y el clima del planeta rojo. En mayo llegó la primera sonda marciana china, Tianwen-1, con el vehículo Zhuron. Este se desplazó por la superficie estudiando, entre otros, la composición de los suelos. Y unos meses antes, la sonda estadounidense Perseverance, además de llevar a cabo también estudios de suelos, soltó un pequeño helicóptero que logró volar en la tenue atmósfera marciana, fue el primer vuelo realizado en otro planeta.
La anticiencia
Uno de los hechos más resaltantes este año fue el sorprendente auge de los movimientos anticiencia. El más prominente ha sido la corriente antivacunas, que usa la desinformación y las redes sociales para explotar los temores, prejuicios e ignorancia de las poblaciones con poca educación, sobre las vacunas contra el COVID-19.
Menos sorprendente es el rechazo sobre los estudios meteorológicos. Estos, llevados a cabo globalmente durante décadas, concluyen inequívocamente que el planeta está sufriendo un calentamiento rápido debido a nuestras emisiones de gases de efecto invernadero. En este caso, intereses económicos e influencias políticas están ignorando intencionalmente los hallazgos, demorando las acciones urgentemente necesarias.
El año que empieza indudablemente verá más avances asombrosos en diversos campos. Para poner la economía global en una trayectoria sostenible y alcanzar un verdadero progreso es indispensable que finalmente desaparezca el rechazo a la ciencia.
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