Esta intervención médica ya se había aplicado en adultos, pero nunca en niños. (Foto: Science and Technology Daily)
Esta intervención médica ya se había aplicado en adultos, pero nunca en niños. (Foto: Science and Technology Daily)
Redacción EC

Un grupo de cirujanos en China implantó con éxito una mandíbula elaborada con una a un niño de 10 años, siendo la primera de este tipo que se realiza a un menor de edad en todo el mundo. Esta curación confirma las infinitas aplicaciones de una tecnología que permite crear prótesis y reconstruir huesos con una buena precisión.

La intervención se realizó en enero de este año, pero recién se ha podido conocer tres meses después, una vez que se confirmó que el paciente puede hablar y comer sin problemas. El niño, que utiliza el seudónimo de Feng Xiaoxiao, tiene 10 años y sufrió una fractura en la parte inferior derecha de su mandíbula tras someterse a una cirugía para extirparle un tumor. El bulto fue extraído pero el maxilar del menor quedó dañado y le dejó una deformación facial visible, dolores y dificultad para comer y comunicarse.

La impresión 3D permite fabricar de manera personalizada una infinidad de artículos. (Foto: Pixabay CC0)
La impresión 3D permite fabricar de manera personalizada una infinidad de artículos. (Foto: Pixabay CC0)

“Con solamente diez años de edad, si no se reparaba la mandíbula dislocada había muchas posibilidades de que el paciente sufriera secuelas psicológicas el resto de su vida”, comentó el cirujano encargado del caso, Lai Qingguo, al periódico local Science and Technology Daily.

Una de las dificultades para la intervención era que los métodos de reconstrucción mandibular tradicionales, que utilizan injertos óseos revascularizados, no servían para el niño. Los médicos descartaron usar parte de su peroné o cadera porque son huesos muy finos y podrían causar futuros problemas cuando creciera.

Ante ello, Lai, que conoce el desarrollo de prótesis creadas con impresionas 3D, pidió autorización para diseñar una mandíbula de titanio para el paciente.

“La mandíbula que imprimimos coincidía completamente con sus huesos. Es como cuando uno compra zapatos, que se ajustan con precisión a sus pies, pero en este caso casi de forma hermética. Fue una mandíbula personalizada, hecha a medida”, explicó el cirujano.

Esta intervención médica ya se había aplicado en adultos, pero nunca en niños.

La operación duró tres horas y fue todo un éxito. El implante se ajustó bien a los huesos y articulaciones contiguas. Después de tres meses, los médicos no han detectado efectos secundarios ni complicaciones. Tampoco se ve en la cara de Feng que ha recibido un trasplante.

“Para él, es como si le hubieran colocado unos implantes dentales”, explicó Lai. “La tecnología de impresión 3D será clave para el futuro de la medicina personalizada”, dijo.

Contenido sugerido

Contenido GEC