La higiene bucal es fundamental desde que un niño nace. Muchos padres no saben lo importante que es limpiar las encías del recién nacido para que cuando llegue el momento los dientes crezcan sanos. El niño debe acostumbrarse a esta práctica como parte de su rutina diaria de aseo.
Al respecto, el odontólogo Guillermo Ríos, director de Estética Dental Ríos, recomienda limpiar las encías de los bebés después de alimentarlos. “Con una gasa humedecida con agua oxigenada, enrollada en el dedo índice, pásela de manera delicada sobre la superficie de las encías del niño. Esto eliminará los restos de leche de su boca y permitirá crear el hábito de higiene de manera precoz”, explica.
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De esta forma, cuando le empiecen a salir los primeros dientes de leche le resultará más fácil acostumbrarse al cepillo dental. Cuando esto suceda, hay que cepillarle la boca tres veces al día o después de cada comida, en especial, si ha comido algún dulce.
Según la Organización Mundial de la Salud si se instaura el hábito de higiene dental desde que los niños nacen (para que las encías se mantengan limpias y saludables) el desarrollo de caries disminuirá considerablemente. La evidencia científica revela que la lactancia materna es más efectiva para prevenir las caries, en comparación con los niños que utilizan biberón.
El principal problema que se manifiesta en la boca de los niños, después de los seis meses de vida, se produce porque comienzan a probar alimentos como jugos, papillas, galletas, dulces y no existe una adecuada higiene bucal. Lo que hace más fácil que sus dientes se piquen. Por ello, es fundamental visitar al dentista cuando comiencen a salir las piezas dentales. Así también el especialista podrá identificar si existe algún problema estructural en boca que impida que las piezas crezcan derechas.
Las caries son peligrosas para los niños. Pueden causar infecciones y comprometer a los dientes permanentes que aún están por salir. Además, cuando se tienen caries, especialmente profundas, no se puede comer ni masticar correctamente por lo que es muy probable que comiencen a producirse problemas nutricionales. Si su niño siente molestias, no pierda tiempo y acuda a su dentista cuanto antes.
Una pérdida prematura de los dientes de leche puede alterar la pronunciación de los chicos. Hay sonidos que para pronunciarse correctamente necesitan que los dientes estén en su sitio como la t,d, f, c…
La pérdida temprana de los dientes de leche puede ocasionar que los dientes permanentes que los reemplacen crezcan inclinados y en mala posición.
El tratamiento de ortodoncia puede hacerse a partir de los 10 y 11 años, cuando el niño ya tiene toda la dentición permanente.
El flúor ayuda a remineralizar el diente y evita que el diente sea susceptible a sufrir caries. Su dentista podría recomendarle un tratamiento con flúor para fortalecerlo. El esmalte de los dientes en los niños es inmaduro, lo cual hará que la absorción del flúor sea optima; a diferencia de los dientes permanentes adultos que ya están más calcificados.
Recuerde que, dentro de las 24 horas de aplicar la fluorización, el menor no puede ingerir ningún producto con calcio (leche, queso, yogurt, etc.), porque el calcio inactiva al flúor y eliminaría los efectos del procedimiento.
DATO: El control para los niños debe darse cada 4 o seis meses, dependiendo de la cantidad de azúcar que tenga en su dieta. Si acostumbra comer más dulces, la frecuencia de las visitas al dentista será mayor.
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