Según la cultura popular, los chimpancés son entre cuatro y ocho veces más fuertes que un humano adulto.
Según la cultura popular, los chimpancés son entre cuatro y ocho veces más fuertes que un humano adulto.
BBC News Mundo

En comparación con los humanos, los tienen una fuerza superior.

¿A qué se debe esta diferencia?

Según un nuevo estudio esto se debe que tienen una proporción más elevada de un tipo de fibra muscular involucrada en movimientos rápidos y poderosos.

Estudios previos sugerían que la razón era mecánica.

La diferencia de fuerza, aclara el nuevo estudio, es más modesta que lo que se cree popularmente: en promedio, los son 1,5 veces más fuertes que los humanos, cuando se dedican a tareas como empujar o saltar.

Distribución

Matthew C. O'Neill y sus colegas de la Universidad del Colegio de Arizona, en Estados Unidos, analizaron numerosos estudios sobre el desempeño muscular de los chimpancés.

"Era algo que necesitábamos hacer antes de entrar en el tema principal de nuestra investigación", le dijo O'Neill a la BBC.

La desventaja de tener más fibras de contracción rápida es que los músculos se cansan con más facilidad.
La desventaja de tener más fibras de contracción rápida es que los músculos se cansan con más facilidad.

O'Neill y sus colegas midieron las propiedades de las fibras musculares de chimpancés que habían sido congelados después de su muerte.

"Queríamos entender las propiedades básicas de los músculos esqueléticos del chimpancé y averiguar si eran distintas a las de los músculos humanos", señaló el investigador.

Junto con el músculo cardíaco y el músculo liso, el músculo esquelético es uno de los tres tipos principales de músculo, y se halla mayormente unido a los huesos por manojos de colágeno conocido como tendones.

"Lo que encontramos es que no había una diferencia en las propiedades de contracción fundamentales en las fibras musculares del chimpancé y de los humanos, para ninguna de estas fibras individuales", aseguró O'Neil.

Sin embargo, encontraron diferencias clave en el largo de estas fibras -las de los chimpancés son más largas- y en la distribución de los distintos tipos de fibras musculares.

Rápido vs. lento
Los chimpancés tienen el doble de fibras musculares de contracción rápida. Como su nombre lo indica, este tipo de fibra se contrae rápidamente y es útil para los movimientos rápidos como por ejemplo correr a toda velocidad.

Pero estas fibras tienen una desventaja: se cansan muy rápido.

La fuerza de los chimpancés les permite colgarse de los árboles y soportar su peso en un solo brazo con facilidad.
La fuerza de los chimpancés les permite colgarse de los árboles y soportar su peso en un solo brazo con facilidad.

En contraste, los músculos en los humanos están dominados por las fibras musculares rojas o de contracción lenta, que se contraen más lentamente pero aguantan más.

Estas son útiles en actividades que requieren resistencia.

Las simulaciones por computadora muestran que estas diferencias aumentan la fuerza dinámica máxima y la capacidad de producción de energía del músculo esquelético del chimpancé en un factor de 1,35 en comparación con un músculo humano de tamaño similar.

La cifra de 1,35 coincide bastante bien con la cifra de 1,5 veces alcanzada tras revisar la literatura científica.

Resistencia

De hecho, la predominancia de las fibras de contracción rápida parece ser la norma en los mamíferos, desde ratones hasta caballos.

El único animal que tiene una proporción semejante de esta fibra a los humanos es el loris perezoso, un primate nocturno nativo del sur de Asia.

Los cambios en la musculatura pudieron haber coincidido con los cambios en la locomoción humana.
Los cambios en la musculatura pudieron haber coincidido con los cambios en la locomoción humana.

Para los investigadores, esto es algo que evolucionó, probablemente, en el linaje que condujo a los humanos después de que se separaron del linaje ancestral del que evolucionaron los chimpancés.

Las fibras musculares más cortas y el mayor porcentaje de las de reacción lenta en humanos pudieron haber aumentado su capacidad de resistencia.

Estos cambios pueden también haber coincidido en la locomoción humana, a medida que nuestros ancestros humanos aprendieron a caminar erguidos y se vieron obligados a cruzar mayores distancias.

Si esto es cierto, aún queda por aclarar por qué la predominancia de las fibras de contracción lenta se extienden tanto al tronco como la parte inferior del cuerpo.

Una posibilidad es que la distribución de los distintos tipos de fibras musculares en el cuerpo esté determinada por factores genéticos. Pero responder a esta pregunta, dice O'Neill, hace falta más investigación.

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