La sal es un elemento indispensable en los países que sufren nevadas, pues sirve para evitar la formación de hielo en las carreteras. Sin embargo, su uso excesivo puede perjudicar a los vehículos, las infraestructuras y al medio ambiente.
Según informa la agencia SINC, investigadores de la Universidad Carlos III de Madrid crearon un sensor óptico que permite saber en tiempo real cuánta sal hay en las pistas.
Las autoridades suelen echar sal en las carreteras basándose en las predicciones del clima, pero no consideran si es que la calzada ya cuenta con el suficiente cloruro de sodio.
El sensor registra la cantidad de sal residual en el pavimento seco. El sensor mide concentraciones menores a los 20 g/m2 de sal, la cantidad que no se recomienda sobrepasar.
La investigación fue publicada en la revista “Sensors and Actuators B”.