Un trabajador del NHS (Servicio Nacional de Salud) sostiene un vial de la vacuna Pfizer-Biontech contra el coronavirus covid-19 en Inglaterra. (Chris Jackson / POOL / AFP).
Un trabajador del NHS (Servicio Nacional de Salud) sostiene un vial de la vacuna Pfizer-Biontech contra el coronavirus covid-19 en Inglaterra. (Chris Jackson / POOL / AFP).
Yerson Collave García

El Ministerio de Salud informó hoy que han decidido, tras la evaluación de un equipo de expertos, aplicar una tercera dosis de la vacuna contra el a ciertos grupos, entre ellos el personal de salud.

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Según el viceministro de Salud Pública, Gustavo Rosell, ya están preparando el protocolo para su aplicación, que en un inicio incluiría a personas con inmunosupresión, mayores de 65 años con comorbilidades y personal de primera línea.

Así, el Perú se suma a los países que ya aplican una dosis adicional a ciertas poblaciones, como sucede con Chile y Uruguay. En este momento, el 34% de la población objetivo (mayores de 12 años) ya está inmunizada por completo, mientras que se han aplicado más de 26 millones de dosis en todo el país.

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Las compañías farmacéuticas que desarrollaron las vacunas afirman que hay datos suficientes que respaldan la inoculación de una dosis adicional a la población en general, con el objetivo de mejorar la protección frente a la enfermedad, pero los expertos y entidades como la Organización Mundial de la Salud y GAVI aún debaten su necesidad en momentos en que la vacunación no avanza al mismo ritmo en todos las regiones del mundo, e incluso al interior de los mismos países.

“No se sabe bien si es que los potenciales beneficios [de una tercera dosis] podrían ser mayores que los daños. Entonces, estamos en este escenario en el cual la tercera recién se está evaluando. Se necesita más gente vacunada y no más dosis en cada persona”, advierte el médico epidemiólogo e investigador Álvaro Taype-Rondan.

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Evidencia en construcción

Desde hace meses las vacunas están mostrando lo efectivas que son para evitar hospitalizaciones y muertes por COVID-19. En países como Israel y Reino Unido, aunque hubo incremento de contagios, los casos graves no aumentaron.

Entonces, ¿si dos dosis son tan buenas, una tercera o hasta una cuarta incrementarían la protección? No necesariamente. Los expertos consultados por El Comercio coinciden en que cuando se habla de vacunas (y otros medicamentos), las cosas son más complejas. No es una cuestión de sumas y restas, solamente. Por ello, se realizan ensayos clínicos y luego estudios de seguimiento para monitorear la efectividad de la vacuna y los efectos adversos que no se presentaron durante los ensayos clínicos.

La Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos dio luz verde para inocular con tercera dosis a ciudadanos mayores de 65 años. (Foto: Robyn Beck / AFP)
La Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos dio luz verde para inocular con tercera dosis a ciudadanos mayores de 65 años. (Foto: Robyn Beck / AFP)
/ ROBYN BECK

Lo que se ha demostrado es que el esquema es seguro y eficaz con dos dosis, aún la evidencia es limitada y no concluyente respecto a la dosis de refuerzo, tanto en vacunas de ARN mensajero como las de virus inactivado, explica Taype-Rondan.

“Hay una idea común de que más es mejor, lo cual en medicina muy pocas veces se cumple. Hasta cierto punto puede ser así, pero ya desde cierto punto ya no causa beneficios, y comienza a causar más daños”, advierte.

La evidencia disponible sugiere que “luego de cierto tiempo darles otra dosis [a la población mayor de 65 años] podría potenciar un poco más su inmunidad [frente al COVID-19]. Este beneficio potencial no sabemos cuánto. Son estudios no concluyentes, y como se sabe que las dos dosis ya causan un impacto grande en prevención de casos graves, el refuerzo tendría un beneficio muy pequeño”.

Luego de que un comité de expertos de la Administración de Drogas y Alimentos (FDA) descartara el pedido de Pfizer para aplicar un refuerzo a la población en general, la entidad aprobó su uso en pacientes inmunosuprimindad, mayores de 65 años y aquellos con alta exposición, como los trabajadores de salud. Otra farmacéutica tiene una postura similar: Johnson & Johnson aseguró que una dosis adicional potencia 12 veces la respuesta inmune. Los datos aún no han sido publicados en una revista científica, aunque la firma adelantó que presentará una solicitud ante la FDA.

En cuanto a las vacunas de virus inactivado como Sinopharm y Sinovac, no se ha estudiado a profundidad la necesidad de una tercera dosis. Aunque algunos países como Emiratos Árabes administran un refuerzo con Pfizer, esta no es una decisión generalizada.

Un reciente estudio realizado en Uruguay mostró que una dosis de refuerzo de Pfizer aumentó hasta 20 veces el nivel de anticuerpos en personas inmunizadas con el esquema completo de la vacuna Sinovac.

Decisiones urgentes

Vacunas arriban al Aeropuerto Internacional Jorge Chávez y son trasladadas al local de Cenares. (Foto: Ministerio de la Producción)
Vacunas arriban al Aeropuerto Internacional Jorge Chávez y son trasladadas al local de Cenares. (Foto: Ministerio de la Producción)

El doctor Jarbas Barbosa, subdirector de la OPS, asegura que “no se puede tomar una decisión como esta [aplicar una tercera dosis] sin tener la evidencia necesaria que muestre que verdaderamente es necesaria. Las vacunas tienen comportamientos distintos, no se puede decir que los datos de una vacuna pueden ser aplicados a otras. Es necesario tener información que muestre cómo se comporta la protección, cómo se comporta la efectividad en la vida real y cuál es la disponibilidad de vacunas en el país”.

Los expertos consultados por este Diario coinciden en que se necesitan ensayos clínicos grandes y controlados para determinar la necesidad de dosis adicionales y detectar posibles efectos adversos bajo este nuevo esquema, e incluso si se van a combinar vacunas. Sin embargo, consideran que el contexto de emergencia sanitaria hace que las autoridades tomen decisiones de salud pública con los datos actualmente disponibles con el objetivo de proteger a determinadas poblaciones.

“Si estamos en la situación de administrar una tercera dosis [al personal de salud], estoy seguro que el Ministerio va a tomar las medidas para hacerlo con propiedad, con protocolos científicos y éticos para proteger a nuestro profesionales”, dice a El Comercio Víctor Zamora, exministro de Salud, quien hace referencia a medidas similares tomadas en otros países de la región.

Pero esto no quiere decir, afirman, que estos estudios no deban realizarse. Sin ellos, no conocemos bien los beneficios ni los riesgos, que bien podrían ser los efectos adversos ya identificados con el esquema aprobado, pero “podría haber otros como una inmunidad aumentada que podría hacer incluso que la enfermedad [COVID-19] afecte más [a la persona]”, dice Taype.

El investigador también asegura que al aprobarse la aplicación de una dosis adicional, debe implementarse controles eficientes, ya que esta situación “abre también una puerta peligrosa: si el control no es estricto, puede haber gente que se ponga más dosis de las que debería”.

Para evitar esta situación, señala el exministro, “el protocolo [para la administración de la tercera dosis] debe ser de alto estándar porque debe considerar aspectos biológicos, éticos, administrativos, legales [...] la decisión es correcta, pero tiene que ser acompañada” por buenos procedimientos.

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ACLARACIONESEste informe fue originalmente publicado el 23 de setiembre de 2021 y ha sido actualizado debido al anuncio del Minsa.

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