“Le vamos a dar una pequeña sorpresa a algunos de los patriotas que están fuera en la calle”.
Este fue el anuncio de Donald Trump este domingo en un nuevo video difundido desde el hospital militar Walter Reed en el que recibe tratamiento por la COVID-19 desde el pasado viernes.
MIRA: ¿Cómo es el tratamiento que recibe Donald Trump contra el COVID-19?
En la grabación se ve al presidente estadounidense con mejor aspecto que el día anterior.
Poco después de compartir su mensaje en la red social, se pudo ver a Trump con mascarilla saludando a sus seguidores desde un auto en el que viajaba con miembros del servicio secreto.
El inesperado gesto del mandatario, recibido con fuertes críticas desde algunos sectores por los posibles riesgos, se produce en una jornada en la que su equipo médico ofreció información más detallada sobre su estado de salud y anunció que quizá reciba el alta del hospital este lunes.
En BBC Mundo hacemos un repaso de lo que sabemos y algunas de las dudas que quedan.
Fiebre y oxígeno
El equipo médico de Trump, liderado por el doctor Sean Conley, despejó este domingo algunas de las dudas que quedaron tras el confuso cruce de mensajes del sábado.
Por la rueda de prensa ofrecida a las puertas del centro médico supimos que:
- El presidente ha tenido dos bajadas importantes en el nivel de oxígeno en sangre desde el jueves: un episodio donde cayó por debajo del 94% y otro en el que fue inferior al 93%.
- También ha tenido fiebre, aunque no precisaron la temperatura exacta.
- A los tratamientos con anticuerpos y con remdesivir, se le suma ahora la dexametasona, un esteroide que se les da a los pacientes con casos graves de covid-19 para ayudar en la función pulmonar.
- A pesar de esto, Conley dijo que el equipo se prepara para que quizá le den el alta tan pronto como el lunes para continuar con el tratamiento en la Casa Blanca.
- Conley recomendó que le suministraran oxígeno adicional al presidente y así se hizo, aunque Trump insistía en que no lo necesitaba.
Los médicos también explicaron que, el pasado viernes, Trump no estaba en cama, pero aun así se decidió que era mejor que fuera al hospital militar Walter Reed.
MIRA: Trump dio positivo a COVID-19: la edad y el peso, los factores de riesgo del presidente de EE.UU.
Admisión de inconsistencias
Durante la comparecencia, Conley fue confrontado con preguntas sobre su actitud del día anterior, cuando no quiso revelar si Trump había recibido oxígeno antes o no.
“Intenté reflejar la actitud optimista del equipo”, se defendió el doctor. “No quise dar información que fuera a encaminar el curso de la enfermedad en otra dirección y al hacerlo pareció que intentábamos ocultar algo, lo que no es necesariamente verdad”.
“Lo cierto es que está bastante bien”, añadió.
Por su parte, Alyssa Farah, directora de comunicaciones estratégicas en la Casa Blanca, dijo que el gobierno se esmera en ser “tan transparente” como puede sobre la salud de Trump.
“Es una práctica médica muy común el querer transmitir confianza y querer subir los ánimos de la persona que estás tratando”, le dijo Farah a la cadena Fox News.
La funcionaria añadió que es absolutamente falso que Trump esté molesto con su jefe de gabinete, Mark Meadows, por ofrecer una imagen menos optimista el sábado.
¿Qué tan significativo es que a Trump le den dexametasona?
Análisis de James Gallagher, corresponsal de Ciencia y Salud de la BBC
Los esteroides salvan vidas al calmar el sistema inmunitario, que se puede volver hiperactivo a causa de la covid-19, pero necesitan usarse en el momento adecuado. Si lo administras demasiado pronto, el medicamento puede empeorar las cosas al impedir la capacidad del cuerpo de luchar contra el virus.
No es una medicina que le darías a alguien en una fase “leve” de la enfermedad.
El Recovery Trial ("Ensayo de recuperación) que se realizó en Reino Unido mostró que los beneficios de la medicina se activan cuando los pacientes necesitan oxígeno, algo que sucedió con Trump.
La Organización Mundial de la Salud interpretó esos hallazgos y recomendó el uso de este esteroide en casos “graves y críticos”.
Los niveles de oxígeno en sangre de Trump cayeron por debajo del 94%, lo que supone uno de los criterios de los Institutos Nacionales de Salud británicos para considerar que la enfermedad es “grave”.
Sin embargo, esos niveles bajos de oxígeno no fueron sostenidos y la diferencia entre que una persona necesite oxígeno temporalmente y un estado avanzado de covid-19 es enorme.
No conocemos todos los detalles del estado de Trump, pero es difícil imaginar que a cualquiera de nosotros nos dieran el alta del hospital mientras nos administran dexametasona y remdesivir y después de haber recibido una terapia experimental con anticuerpos.
Ahora bien, no tenemos el apoyo médico con el que cuenta el presidente de Estados Unidos. Línea
Dudas que persisten
Si bien la imagen ofrecida este domingo es de mayor claridad, la incertidumbre sobre algunos aspectos permanece.
No se sabe, por ejemplo, si el presidente ha tenido o tiene neumonía.
Los médicos explicaron que se le han hecho radiografías y tomografías, pero cuando los periodistas preguntaron si encontraron señales de neumonía o daño a los pulmones, Conley respondió que hubo “los hallazgos esperados”, sin precisar a qué se refería.
En la misma rueda de prensa, el médico Brian Garibaldi, de la Universidad Johns Hopkins, apuntó que el funcionamiento del hígado y los riñones de Trump era normal, lo que abrió interrogantes sobre si había habido problemas con estos órganos anteriormente.
Confusa cronología
Más allá de las cuestiones relacionadas con la salud, lo que sigue sin estar claro es en qué momento exacto se contagió Trump y cuándo le confirmaron el positivo por covid-19.
El presidente anunció en Twitter su positivo y el de su esposa, Melania, en la madrugada del jueves al viernes.
Pero el sábado al mediodía, el doctor Conley mencionó que habían pasado 72 horas desde el diagnóstico. Ese comentario despertó alarmas en las mentes de muchas personas, a quienes no les salían las cuentas.
¿Había sido un error o se le había escapado el dato real?
Las sospechas no remitieron pese a la rectificación que difundió después el propio médico.
La discrepancia importa, porque entre miércoles y jueves el presidente acudió a un mitin, viajó con su equipo a eventos para recaudar fondos y se encontró con distintas personas.
¿Sabía que estaba contagiado? ¿Lo sabían los de su entorno? Y si es así, ¿por qué le dejaron que siguiera con sus planes?
Tampoco se sabe si hubo algún momento en que Trump tuviera síntomas ni cuándo fue la última vez que dio negativo en la prueba del coronavirus.
“Si era infeccioso o sintomático y siguió adelante con su agenda se abre la pregunta de qué precauciones adoptó”, señalan los periodistas de la BBC Emily Maitlis y Jon Sopel en el podcast Americast.
Algunas voces apelan al derecho de confidencialidad del paciente para justificar estos vacíos de información, pero muchas otras recuerdan que la información sobre la salud de los presidentes en EE.UU. suele ser pública, incluidas las revisiones anuales a las que se someten.
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