Una mujer de 22 años da a luz a su primer hijo por parto natural. El embarazo fue bastante tranquilo aunque el último mes presentó una dificultad moderada para respirar. La mujer pensó que se debía al embarazo y no le dio importancia.
A los dos días del parto, la madre fue dada de alta pero el bebé se quedó una semana más recibiendo un tratamiento de amikacina y ampicilina (dos antibióticos) debido a una bronconeumonía. Nadie presagiaba que lo que el recién nacido tenía no era una simple infección hospitalaria.
¿Quieres saber cómo terminó esta historia? Descúbrelo en el más reciente post del blog Expresión genética de David Castro.