Comensales de Pompeya degustaban un menú con carne de jirafa cuando la ciudad fue sepultada por una erupción del Vesubio el 24 de agosto del año 79, revela un informe de investigadores estadounidenses.
Los habitantes de esa ciudad del Imperio Romano gustaban de platos “delicados y exóticos”, como la carne de flamenco rosa y de jirafa, o de crustáceos como los erizos de mar, precisaron los científicos de la Universidad de Cincinnati en el reciente congreso anual de la Archaeological Institute of America, de Chicago.
*Los arqueólogos realizaron excavaciones durante más de diez años *en dos sectores de una zona comercial de Pompeya, cerca de la Puerta de Stabia, con población de clase media.
Había en ese barrio unos veinte restaurantes, y en sus cocinas se identificaron restos de comida y desechos orgánicos, entre ellos una pata de jirafa.
“Es el único hueso de jirafa jamás descubierto en una exploración arqueológica en la Italia romana”, señaló el historiador Steven Ellis en el informe, consultable en internet.
El hallazgo demuestra que “los antiguos romanos eran capaces de efectuar largos viajes para procurarse comida exótica” y evidencia que no solo los pompeyanos pudientes disponían de “un régimen alimenticio rico y variado”, agrega.
También se identificaron especias procedentes de Indonesia. Las ruinas de Pompeya, sepultada bajo las cenizas del Vesuvio, son las mejor conservadas de una ciudad de la época romana. Fueron declaradas Patrimonio Mundial de la Humanidad en 1997.