Uno de los adelantos científicos más importantes del siglo pasado fue el desarrollo de la primera vacuna contra un tipo de cáncer: aquella que protege de los virus del papiloma humano (VPH). Estos constituyen una familia de más de 200 tipos de virus, de los cuales un grupo puede causar cáncer (VPH de alto riesgo).
Dentro de ese grupo, los virus 16 y 18 causan del 50% al 90% de los casos de cáncer de cuello de útero, vagina y vulva en mujeres; de pene en hombres; y de ano y garganta en ambos. Además de esas cepas cancerígenas, los virus 6 y 11 originan verrugas genitales, enfermedad de transmisión sexual que afecta la autoestima y calidad de vida de las personas.
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La primera vacuna contra VPH se aprobó en EE.UU. en el 2006, y fue de tipo tetravalente (‘tetra’ significa cuatro), protegiendo contra los ya mencionados virus 16, 18, 6 y 11. La vacunación empezó en el Perú en el 2010. En el 2014, la Administración de Medicamentos y Alimentos de EE.UU. (FDA) aprobó la versión nonavalente de la vacuna (‘nona’ significa nueve), ampliando la protección contra los virus 31, 33, 45, 52 y 58.
— Número de dosis —
Inicialmente –y fundamentada en estudios animales y seres humanos–, la vacuna fue licenciada para administrarse en tres dosis. La primera en el día cero, la segunda en dos meses y la tercera en seis meses. Con un precio inicial de casi 150 dólares por dosis, y un costo de alrededor de 500 dólares por niña vacunada, su financiamiento resultaba prácticamente imposible para los países pobres, que más necesitaban la vacuna.
Gracias a estudios de posmercadeo –que consisten en evaluar la efectividad, efectos secundarios y otros aspectos de un medicamento después de que se pone a la venta– y a otras evaluaciones específicas, se empezó a investigar si dos dosis serían capaces de brindar tanta protección como tres.
— Dos dosis —
El Comité Asesor sobre Prácticas de Inmunización (ACIP) de los Centros para el Control y la Prevención de las Enfermedades de EE.UU. (CDC) llevó a cabo una serie de conferencias entre noviembre del 2015 y octubre del 2016 para analizar todos los estudios que echen luz sobre si dos dosis de la vacuna podrían proteger tan eficazmente como lo hacen tres. En esas conferencias, se examinaron dos tipos de estudios: los datos históricos de los trabajos iniciales y aquellos nuevos realizados para enfrentar las cantidades de dosis.
Los datos históricos aprovecharon que miles de mujeres en los estudios iniciales no llegaron a recibir las tres dosis de la vacuna que requerían, de acuerdo con el protocolo del trabajo; algunas solo recibieron una, mientras que otras, dos. Entre los nuevos estudios destacó uno hecho en la India que sorteó a más de 21.000 niñas a recibir dos versus tres dosis de la vacuna.
Los resultados fueron muy claros: dos dosis protegían tan bien como tres, en términos de impedir las lesiones precancerosas del cuello uterino. Por eso el comité decidió, en octubre del 2016, recomendar que se cambie el esquema de vacunación, pasando a dos dosis de la vacuna, medida que se hizo efectiva en diciembre de ese mismo año en EE.UU. En el Perú, esa recomendación se hizo en julio del 2018.
— Una dosis —
De acuerdo con dos recientes estudios, parecería que ahora una sola dosis de la vacuna brindaría la misma protección que dos o tres. El primero, publicado en “Papillomavirus Research” en diciembre del 2018, monitoreó a 250.648 mujeres australianas, 20% de las cuales no fueron vacunadas, 69% recibió tres dosis, 7% dos y 4% una. Después de analizar los datos, se concluye que una sola dosis tuvo una eficacia comparable a otras estrategias.
El segundo estudio, hecho en EE.UU. y publicado en diciembre en “JAMA”, incluyó en total a 1.620 mujeres con una edad media de 22 años y 56,5% de raza blanca; de las cuales 1.004 no habían sido vacunadas contra el VPH, y 616 sí (106 recibieron una dosis; 126, dos; y 384, tres).
Los resultados indicaron que la reducción en la tasa de infección con los tipos VPH 6, 11, 16 o 18 fue similar en las mujeres que recibieron tres, dos o una sola dosis.
Ambos estudios respaldan la hipótesis de que la vacunación con una sola administración sería una estrategia viable para la eliminación global del cáncer cervical.
— Corolario —
A pesar de que la humanidad ha conseguido el sueño de descubrir una vacuna contra el cáncer, las coberturas de vacunación son bajas. En países pobres, donde menos del 10% de las niñas se han vacunado, el uso de una sola dosis (cuyo costo ha bajado a 4,50 dólares) sería una medida salvavidas. Sin embargo, hasta que no se disponga lo contrario, los niños deben recibir las dos dosis recomendadas.
Además del precio, existen lamentablemente dos barreras que deben ser enfrentadas para aumentar las coberturas de vacunación y eliminar el cáncer causado por el VPH: el estigma de una vacuna que previene enfermedades de transmisión sexual y el movimiento antivacuna. La primera hace que los padres tengan el prejuicio de que sus hijos protegidos tendrán libertad para iniciar su vida sexual, y la segunda, atemoriza. Ambas deben ser combatidas con educación.
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