La Comisión Europea ha aceptado este jueves el compromiso de Apple de dar acceso a sus rivales a su tecnología de pago a distancia o ‘contactless’, lo que supone en la práctica que la multinacional evita la multa a la que se enfrentaba por abuso de posición dominante en el mercado europeo.
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El Ejecutivo, en concreto, ha dado por buenas y ha hecho legalmente vinculantes las cesiones ofrecidas en enero de este año por la empresa liderada por Tim Cook para convencer a las autoridades comunitarias y sortear así la sanción.
La investigación se centraba en el acceso que Apple permite en sus teléfonos móviles y tabletas a la tecnología NFC (Near Field Communication), que facilita los pagos rápidos en tiendas y otros establecimientos acercando a pocos centímetros el dispositivo móvil a la terminal de pago.
La conclusión preliminar del departamento que dirige Margrethe Vestager apuntaba que la multinacional estadounidense estaba vulnerando las normas europeas de competencia impidiendo el acceso de sus rivales a este sistema de pago, lo que suponía un abuso de posición dominante, según detalló en una rueda de prensa la vicepresidenta del Ejecutivo comunitario responsable de Competencia.
Así, Apple se comprometió a permitir el acceso gratuito de otros proveedores de servicios virtuales de pago a la tecnología NFC en dispositivos iOS, es decir, iPhone, de forma que los usuarios puedan realizar pagos ‘contactless’ sin necesidad de utilizar Apple Pay o Apple Wallet.
Este acceso se realizará a través de un sistema de emulación de tarjeta (HCE) y para conceder los permisos Apple organizará a través de procedimientos basados en criterios de elegibilidad “justos, objetivos, transparentes y no discriminatorios”.
Además, la multinacional se ha comprometido a permitir que los usuarios puedan instalar “fácilmente” una aplicación de pago como predeterminada y a usar funcionalidades “relevantes” como son Field Detect (que abre la aplicación de pago predeterminada cuando un iPhone que está bloqueado se presenta ante un lector NFC) y Double-click (que lanza dicha aplicación cuando se hace doble “click” en el lateral del dispositivo), así como herramientas de autentificación como Touch ID o Face ID.
Por otro lado, propuso crear un mecanismo de supervisión y un sistema de resolución de disputas que garantizase exámenes “independientes” de las decisiones que Apple pudiera tomar para restringir el acceso en determinadas situaciones.
Estos compromisos se aplicarían a todos los desarrolladores de aplicaciones móviles del Espacio Económico Europeo (EEE) y a todos los usuarios de iOS con un perfil de Apple registrado en la UE, también cuando viajaran a terceros países temporalmente.
Desde enero, la Comisión Europea evaluó la eficacia de estos compromisos para confirmar que resolvían las dudas planteadas en su investigación. Este “test de mercado” derivó en una serie de modificaciones para cubrir todos los problemas detectados.
Por ejemplo, Apple ha tenido que eliminar un requisito que obligaba a los desarrolladores que quisieran tener acceso a su tecnología NFC a tener una licencia como proveedor de servicios de pago (PSP), a ampliar la posibilidad de los pagos sin contacto a otras terminales de la industria como teléfonos de los vendedores u otros dispositivos que se usen como terminal.
También ha tenido que acortar los plazos máximos para resolver disputas y ha ofrecido “garantías adicionales de independencia” en el procedimiento de supervisión de los acuerdos.
“Desde ahora, Apple ya no puede utilizar su control sobre el ecosistema iPhone para dejar a otras carteras digitales fuera del mercado. Los desarrolladores rivales y los consumidores se beneficiarán de estos cambios, mejorando la innovación y la libertad de innovación mientras los pagos son seguros”, resumió la vicepresidenta Vestager.
La danesa explicó que la aceptación de estos compromisos -que tendrán que ser efectivos a partir del 25 de julio y estarán en vigor durante un periodo de diez años- cuentan con el visto bueno del Banco Central Europeo (BCE) y son independientes de cualquier otro requisito que sea aplicable si se pone en marcha en un futuro el euro digital.
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