Los beneficios del cloud computing, computación en la nube o simplemente la nube, son bastante conocidos. Pero dentro de este concepto existe varios términos que puede que no sean tan populares, por ejemplo, la nube híbrida.
Cada vez que entramos a nuestra cuenta de correo electrónico o a aplicaciones como WhatsApp, Netflix o Spotify sabemos que varios de nuestros datos en vez de almacenarse en un equipo físico –como podría ser un celular o una laptop– se guardan en la nube. De esta manera se evita que la memoria de estos dispositivos se llene tan rápido, además, la nube también permite gestionar grandes volúmenes de información.
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Podemos decir entonces que la nube hace referencia a los servidores a los que se accede a través de Internet, y al software y bases de datos que se ejecutan en ellos. Estos servidores se encuentran ubicados en centros de datos por todo el mundo, y para mantenerlos hace falta una adecuada gestión de recursos, como una alta cantidad de energía para conservar los equipos a una temperatura adecuada.
Con la informática en la nube, no es necesario que los usuarios y las empresas gestionen los servidores físicos ni que ejecuten aplicaciones de software en sus propias computadoras.
La nube permite a los usuarios acceder a los mismos archivos y aplicaciones desde una infinidad de dispositivo, ya que los procesos informáticos y de almacenamiento tienen lugar en servidores en un centro de datos, y no de forma local en el dispositivo del usuario. Gracias a esta característica cualquier persona puede iniciar sesión en su cuenta de Instagram o TikTok con un teléfono móvil nuevo y encontrará sus fotos, videos y conversaciones pasadas.
Por el lado de las empresas, la computación en la nube supone menos gastos generales y de TI, ya que no tendrán que administrar sus propios servidores o, al menos, lo harán de manera parcial. Esto puede ser especialmente útil para empresas pequeñas que no cuentan con la capacidad de tener su propia infraestructura. Además, la nube facilita que los clientes y empleados puedan acceder a los mismos archivos y aplicaciones desde cualquier parte del mundo.
Hemos hablado de las ventajas de la computación en la nube en general, pero ¿qué es eso de la nube híbrida?
La nube pública, privada e híbrida
David Tolosana, director de Soluciones y Tecnología de Microsoft para la región Andino-Sur, en comunicación con El Comercio, describe a la nube híbrida o mixta como “la combinación entre nubes públicas y privadas, enlazadas mediante tecnología, que permite compartir datos y aplicaciones entre ellas”.
El especialista explica que la nube pública es la que ofrecen proveedores externos a través de la Internet pública y que están disponibles para todo aquel que desee utilizarlos o comprarlos. Pueden ser gratuitos o venderse a petición. A diferencia de una nube privada, las nubes públicas las comparten muchas organizaciones.
Amazon Web Services, Azure (Microsoft) y Google Cloud son ejemplos de este tipo.
Mientras que, por otro lado, la nube privada ofrece servicios informáticos a través de Internet o de una red interna privada solo a algunos usuarios y no al público general. Este tipo de nube es exclusiva para una organización. Puede estar en un centro de datos propio o como una “parte separada” de un centro de datos de un tercero.
Por lo tanto, la nube híbrida aporta a los negocios mayor flexibilidad para escalar o reducir verticalmente los recursos, y ofrece más opciones de implementación. “Algunas organizaciones que migran a la nube lo hacen progresivamente y no de una sola vez, y operan con ambos modelos: tienen una carga de trabajo (por ejemplo, las bases de datos) en su nube privada, y otros servicios en la nube pública. Este modelo se suele dar cuando hay restricciones de “soberanía de datos” (la información debe residir en un país específico)”, señala.
Al respecto, Corrado Daly Scaletti, ingeniero informático, comenta a este Diario que “la nube híbrida es un concepto que combina el uso de nube pública y nube privada en una empresa o institución, de tal forma que los recursos de su nube privada se comunican con los que ha contratado, como cliente, en la nube pública. Un ejemplo de esto podría ser una base de datos almacenada en los servidores de la nube privada accedida por aplicaciones web alojadas en recursos de cómputo que funcionan en la nube pública”.
Entornos y funciones de la nube híbrida
La compañía estadounidense Red Hat explica en su sitio web que la nube híbrida es una arquitectura de TI que incorpora cierto grado de gestión, organización y portabilidad de las cargas de trabajo en dos o más entornos. Según a quien le preguntemos, estos entornos deberían incluir algunos de los siguientes elementos:
- Al menos una nube privada y una pública
- Dos o más nubes privadas
- Dos o más nubes públicas
- Un entorno virtual o un servidor dedicado (bare metal) conectado a al menos una nube, ya sea pública o privada
De acuerdo a Red Hat, los mencionados requisitos representan una evolución de la era anterior del cloud computing, donde la diferencia entre las nubes públicas y las privadas radicaba en la ubicación y la propiedad. Hoy, en cambio, los tipos de nubes son más complejos, sobre todo porque la ubicación y la propiedad son aspectos abstractos.
Así, por ejemplo, si bien antes las nubes públicas se ejecutaban fuera de las instalaciones de las empresas, ahora los proveedores de nube pública ofrecen estos servicios en los centros de datos locales de sus clientes. Y mientras que las nubes privadas solían ejecutarse de manera local, actualmente las empresas las diseñan en centros de datos alquilados que se encuentran fuera de las instalaciones.
Tomando todas estas consideraciones, una forma útil de poder definir a la nube híbrida sería más que nada por sus funciones, que deberían poder.
- Conectar varias computadoras a través de una red
- Consolidar los recursos de TI
- Ampliar e implementar los recursos nuevos con rapidez
- Trasladar las cargas de trabajo de un entorno a otro
- Incorporar una sola herramienta de gestión unificada
- Organizar los procesos con la ayuda de la automatización