En muchos lugares públicos como aeropuertos, centros comerciales, hoteles, autobuses y taxis se ha vuelto frecuente encontrar puertos USB para cargar el smartphone sin necesidad de buscar un tomacorriente en las instalaciones.
Esta suele ser una acción que no presenta mayor inconvenientes. Sin embargo, existen hackers que podrían maquillar este mecanismo para beneficiarse obteniendo la información de cada persona que colocó su teléfono en estos cargadores.
De acuerdo con un reporte de The New York Times, alterar un puerto de carga USB para robar los datos de los teléfonos que se conecten a él suele ser un poco complicado, porque se requiere manipular físicamente el conector, pero de todas formas es perfectamente posible. Este concepto se denomina en los congresos de seguridad como juice-jacking.
El juice-jacking da una ventaja adicional al hacker, porque la mayor parte de smartphones de última generación están pensados para abrir la puerta de los datos cada vez que se le conecta un puerto USB. Por mencionar un ejemplo, los sistemas de entretenimiento del automóvil pueden copiar los datos cuando se conecta un teléfono al puerto USB para cargarlo.
Para evitar ser víctima de los hackers puedes realizar los siguientes pasos:
-Llevar una batería externa. En caso esté vacía, se puede cargar en un puerto público en lugar del smartphone.
-Llevar consigo un cable UAB solo para carga. Aunque todos los cables parezcan iguales no lo son, algunos solo tienen los contactos necesarios para transmitir electricidad y no datos. Lo habitual es que el cable USB que viene con el smartphone sea de carga y de datos.
-Apagar el teléfono antes de cargarlo. No es una solución definitiva pero hacer que el acceso a los datos sea más difícil.
- Colocar el teléfono en modo “Carga”. No solucionará el problema, pero dificulta el acceso a los datos.
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