Un estudio reciente publicado en ‘Nature Computational Science’ advierte que el crecimiento descontrolado de la inteligencia artificial (IA) generativa podría multiplicar por mil la basura electrónica antes de 2030. Si no se toman medidas para reducir el impacto ambiental de los equipos utilizados en los centros de datos, estos residuos podrían alcanzar entre 1,2 y 5 millones de toneladas, según los investigadores, lo que podría significar el equivalente a más de 11.000 aviones Boeing 747 cargados.
Las grandes compañías tecnológicas, como Google, Microsoft y Meta, están inmersas en una carrera sin precedentes para desarrollar nuevas herramientas basadas en IA. Sin embargo, este impulso por la innovación también está dejando una huella ambiental significativa. El entrenamiento y funcionamiento de los modelos de IA requieren un poder computacional masivo que no solo aumenta el consumo energético, sino que también genera una enorme cantidad de residuos electrónicos, principalmente debido a la obsolescencia temprana de los equipos.
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“Tengo una profunda preocupación en cuanto a la competencia entre la tasa de expansión de la IA generativa y la adopción de la economía circular. Dado el aumento sin precedentes de la demanda de esta tecnología, para ganar esta batalla, las medidas de choque deberían implementarse de manera inminente”, dijo al diario ‘El País’ de España Peng Wang, investigador del Instituto de Medio Ambiente Urbano de la Academia China de las Ciencias, en Xiamen, y uno de los autores del estudio.
Un problema creciente: los centros de datos
Los centros de datos donde se almacenan y procesan estos sofisticados modelos de IA generan una enorme cantidad de residuos, entre los que se encuentran metales tóxicos como el plomo y el cromo. Según el estudio, si la industria sigue el ritmo actual, los residuos podrían alcanzar proporciones alarmantes, con un aumento de hasta 1.000 veces en la próxima década. En términos prácticos, esto equivaldría a desechar entre 2.100 y 13.300 millones de dispositivos del tamaño de un iPhone 15 Pro.
Los investigadores han identificado cuatro escenarios de crecimiento de la IA generativa, que van desde una expansión moderada hasta un crecimiento agresivo similar al que experimentaron plataformas como Facebook. En el peor de los casos, el aumento de residuos alcanzaría niveles nunca antes vistos, agravando la crisis ambiental.
Materiales peligrosos y tensiones geopolíticas
Los equipos utilizados en los centros de datos contienen materiales peligrosos que, si no se gestionan adecuadamente, pueden tener un impacto devastador en el medio ambiente. Además, las tensiones geopolíticas, como las restricciones a la importación de semiconductores, podrían empeorar la situación. Los retrasos en la adopción de nuevas tecnologías más eficientes podrían incrementar aún más la cantidad de equipos que llegan al final de su vida útil.
Un año de retraso en la obtención de semiconductores avanzados, según el estudio, podría generar hasta 5,7 millones de toneladas adicionales de basura electrónica. Esta situación afectaría principalmente a regiones como Norteamérica, Europa y Asia Oriental, donde se concentran la mayoría de los centros de datos, aunque muchos de estos residuos acabarían en África y Asia.
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Soluciones basadas en la economía circular
Ante esta alarmante proyección, los autores del estudio sugieren varias estrategias para limitar la generación de residuos. La más efectiva sería aumentar la vida útil del hardware utilizado en los centros de datos, lo que reduciría drásticamente la cantidad de equipos desechados cada año. Según sus estimaciones, extender la vida útil de estos equipos en solo un año podría evitar la generación de más de tres millones de toneladas de residuos.
Además, proponen la reutilización de algunos componentes clave, como los módulos de memoria o comunicación, lo que podría reducir los residuos en un 42%. Sin embargo, algunos expertos, como Ana Valdivia de la Universidad de Oxford, señalan que esta opción no siempre es viable, ya que reciclar ciertos componentes como las GPU es extremadamente costoso y complejo.
“Las GPU no se pueden insertar en una economía circular porque es muy caro reciclar sus componentes, cosa que no veo que se discuta en el artículo [de Wang y sus colegas]. El 100% de una GPU acaba incinerada o en un vertedero”, sostuvo la experta al citado diario.
El valor oculto de los residuos
A pesar de los desafíos, los investigadores destacan que los residuos electrónicos contienen una cantidad considerable de materiales valiosos, como oro, plata y platino. Si se reciclaran adecuadamente, estos materiales podrían tener un valor estimado de entre 14.000 y 28.000 millones de dólares, lo que podría ayudar a financiar la sostenibilidad del sector.
Sin embargo, los científicos también advierten que ciertos aspectos clave, como los sistemas de refrigeración de los servidores, no han sido completamente analizados en el estudio, a pesar de que representan una parte significativa de los residuos generados.
La carrera por desarrollar IA generativa está impulsando avances tecnológicos sin precedentes, pero también plantea desafíos ambientales enormes. Si no se implementan medidas inmediatas para reducir la generación de residuos electrónicos, el impacto ambiental podría ser devastador. La clave, según los expertos, está en adoptar modelos de economía circular que prolonguen la vida útil del hardware y fomenten el reciclaje adecuado de los materiales peligrosos.