Hace unos 4300 años, en la Mesopotamia, surgió el imperio acadio, considerado por muchos expertos como el primero del que se tiene registro. Esta civilización tiene un lugar preponderante en la historia por los registros que dejó en forma de tablillas de arcilla con una escritura cuneiforme. Y hoy gracias a la IA logran ser traducidas.
Se conocen más de cientos de miles de tablillas con texto cuneiforme, encontradas en sitios arqueológicos acadios y sumerios, lo que representa una enorme fuente de información para historiadores y arqueólogos. Pero determinar qué dice un texto escritor en cuneiforme es un trabajo lento y muy laborioso, por lo que la enorme mayoría sigue sin haber sido traducida. Al menos, hasta ahora.
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Un grupo de expertos de las universidades de Tel Aviv y de Ariel están usando software de análisis de imágenes y de traducción usando redes neuronales para acelerar este proceso, y logran traducciones de una calidad similar a las de un motor de traducción convencional.
“Lo más impresionante es que no tengo que entender acadio para traducir una tablilla y saber qué dice el texto cuneiforme”, le dijo Gai Gutherz, uno de los investigadores que desarrolló la plataforma, a The Times of Israel. “Puedo usar el algoritmo para comprender y descubrir qué tiene el pasado para decir”.
El método tradicional consistía en traducir el texto en acadio (comprensible sólo para un puñado de expertos en todo el mundo) al latín, y de allí al inglés u otro idioma, pero esta plataforma (que es de código abierto y está disponible online) puede traducir directo del acadio al inglés.
Hasta ahora, simplemente se traducían las palabras de un idioma a otro en el orden en que estaban escritas en la tablilla, pero ahora pueden convertirlas en frases con sentido propio. Según los investigadores, el sistema es más eficiente al traducir textos repetidos o fórmulas (como un decreto real, la descripción de los títulos de un noble, etcétera) que con frases libres, donde muchas veces tiende a “alucinar”, como sucede con las inteligencias artificiales generativas, es decir, a inventar sentido donde no lo hay. Los expertos reconocen, además, que en textos más complejos (historias, himnos, poemas, etcétera) es donde las limitaciones de esta herramienta se ven más claros.
Aun así, puede servir para hacer un primer análisis que encuentre palabras clave, como menciones a reyes o batallas, y facilite la vinculación entre tablillas que todavía no fueron analizadas.
GDA / La Nación / Argentina
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