MDN
¿Es esta la caja de cartón más importante de la historia? - 1
Redacción EC

No parece nada del otro mundo; una caja de cartón de unos 13 centímetros de altura, cubierta de cuero artificial, con una pequeña apertura redonda al frente. Le puede costar trabajo saber para qué sirve, pero el Brownie podría ser la más importante jamás fabricada.

Antes de que apareciera en 1900, las eran muy aparatosas y pesadas. Solían ser fabricadas de bronce y caoba, tomaban las fotos en grandes placas de cristal o metal y a menudo requerían tiempos de exposición de varios minutos.


A lo largo de las ocho décadas en que fue producida, la Brownie captó quizás más imágenes del siglo XX que ninguna otra cámara.

A lo largo de las ocho décadas en que fue producida, la Brownie captó quizás más imágenes del siglo XX que ninguna otra cámara.

Para fotografiar lugares remotos, había que alquilar los servicios de portadores con animales de carga. La fotografía era una actividad que requería paciencia, manejo de productos químicos tóxicos y una gran fuerza física. No era algo que se pudiera permitir la gente corriente.

El inventor estadounidense George Eastman logró un gran avance en la década de 1880 cuando inventó una película flexible que reemplazó a las pesadas placas. Su primera "Cámara Kodak" salió a la venta en 1888, cargada con película suficiente para 100 fotografías. Cuando fue tomada la última foto, toda la cámara tenía que ser enviada a Kodak para ser revelada.

Era una caja sencilla pero su costo, US$25, era una gran cantidad de dinero. La fotografía seguía siendo una actividad sólo al alcance de los ricos.

Revolución

La revolución se produjo 12 años más tarde. La Kodak Brownie, diseñada por Frank Brownell, era similar a la Kodak original, pero la película podía ser retirada de la cámara una vez agotada y ser revelada en una tienda de Kodak, en farmacias o incluso en casa.

Kodak vendió la cámara por solo un dólar. Era posible comprar la cámara, un rollo de película y un revelado por US$2. De repente, la fotografía se tornó no solo portátil sino también accesible para muchos bolsillos.

La Brownie era fácil de usar. Tenía una velocidad fija y aperturas estrechas que creaban profundidad de campo.

No era posible enfocar la lente y las primeras Brownies sólo tenían un visor muy básico. Mucha gente usaba las marcas en la parte superior de la cámara como una guía aproximada para saber qué estaba enmarcado. Disparabas y esperabas a tener suerte.

"La Brownie democratizó la fotografía sencillamente a través de la enorme cantidad de ventas", le dice a la BBC Michael Pritchard, el presidente de la Real Sociedad Fotográfica y autor de "La historia de la fotografía en 50 cámaras".

"Una de un dólar capaz de dar buenos resultados era innovadora y junto a la capacidad de Kodak de ofrecer un servicio de revelado e impresión directamente o a través de un enorme número de farmacias y tiendas de material fotográfico supuso que la fotografía se volvió accesible a todos sin importar su clase social o habilidades en este arte".

"La Brownie apareció junto con una gama de accesorios, desde los álbumes hasta kits de procesado casero, que ayudaron a transmitir la idea de que la fotografía era para todos. "Las competencias y los clubes para usuarios de Brownie y Kodak también contribuyeron a apuntalar esa idea", añade Pritchard.

Niños

Las Brownies también fueron pensadas para que las usaran los niños. Las cámaras iban adornadas con personajes de cómic, creados por el dibujante canadiense Palmer Cox.

La genialidad de la Brownie era que Kodak era esencialmente una empresa productora de películas, y la creó una gran demanda para éstas al darle a la gente los medios para tomar fotos, una y otra vez.

Las Brownies eran simples y robustas. Eran diseñadas para que la gente las llevara en su día a día, una novedad en aquel momento. A lo largo de las ocho décadas en que fue producida, la Brownie captó quizás más imágenes del siglo XX que ninguna otra cámara.

De hecho, aún hoy hay entusiastas de la fotografía que siguen usándolas. Uno de ellos es Gary Cole. "Estaba mirando a las fotos que tomé con mi cámara réflex digital y me puse a pensar en los primeros tiempos de la fotografía", dice. "Yo buscaba algo simple".

Hace falta acostumbrarse a las limitaciones de la Brownie, dice Cole.

"El obturador de la Brownie se cierra a entre 1/25 y 1/30 de segundo, así que tienes que sujetar la cámara firmemente. Yo tiendo a necesitar más tiempo para componer mis instantáneas con independencia del tipo de que esté usando. La Brownie no es una cámara con la que vayas a tomar 10 fotos en un segundo".

Gordon Lyster, otro fotógrafo que las usa, está de acuerdo en que la falta de automatización lleva a fotografías más calculadas.

"Incluyendo el revelado, básicamente te cuesta alrededor de US$1,50 apretar el botón. "Como no haces click, click y click todo el rato, sueles acabar con un ratio mucho más alto de fotos que merecen ser conservadas que cuando usas una cámara digital".

Hay una paradoja aquí. Hace un siglo, la Brownie por sí sola dio origen a la idea de la fotografía tomada sobre la marcha, sin necesidad de trípode.

La fotografía se convirtió en una actividad normal. La vida cotidiana podía ser retratada, sustituyendo a las complicadas poses que requerían que los sujetos se quedaran quietos de manera poco natural.

Titanic

Las Brownies también registraron la Historia. En 1912, Bernice Palmer, de 17 años, estaba viajando desde Nueva York al Mediterráneo en el SS Carpathia, el buque que fue desviado para recoger a los sobrevivientes del Titanic.


Algunas de las pocas imágenes que se tomaron del desastre del Titanic fueron captadas con una cámara Brownie.

Algunas de las pocas imágenes que se tomaron del desastre del Titanic fueron captadas con una cámara Brownie.

Palmer tenía consigo una Brownie y sus fotos de los sobrevivientes, mientras eran izados al Carpathia y del iceberg que selló su destino, son de las pocas que se tomaron del desastre. Su Brownie, y las fotos que tomó, son ahora parte de la colección Smithsonian del Museo Nacional de Historia de Estados Unidos.

Las Brownies también fueron a la guerra. Las eran suficientemente pequeñas y ligeras para caber en el petate de un soldado. Fotos de Brownies y de otras cámaras portátiles que surgieron pocos años después, permitieron a los soldados documentar su vida diaria en las trincheras.

"La Brownie" se convirtió en una marca que fue usada en 100 modelos de cámaras distintos. Algunas eran cámaras plegables, otras tenían diseño art deco, otras eran cámaras de películas. Las Brownies perdieron su forma de caja y la cobertura de cuero, y adoptaron diseños más elegantes, fabricadas en baquelita y en plástico. La última de ellas fue producida por Kodak en los años ochenta.

"La serie de modelos Brownies se convirtió en la serie más vendida de todos los tiempos, y el nombre es parte de la cultura popular aun cuando lleva sin usarse en una cámara desde hace 35 años", dice Pritchard. Su libro indica que la palabra "Brownie" es aún usada por los fotógrafos para calificar a una cámara que es eficaz y básica.


La vida cotidiana podía ser retratada, sustituyendo a las complicadas poses que requerían que los sujetos se quedaran quietos de manera poco natural.
 

La vida cotidiana podía ser retratada, sustituyendo a las complicadas poses que requerían que los sujetos se quedaran quietos de manera poco natural.

------------

El hombre que le devuelve la vida a las Brownies

Randy Smith es un reparador de cámaras que trabaja en Nueva York y está especializado en restaurar cámaras de juguete que han sido puestas de moda de nuevo por los hipsters. También modifica y restaura Kodak Brownie Hawakeyes, un modelo de finales de los años cuarenta.

"Una de fotos no necesita sensores de 16MB ni lentes caras. Con la Hawkeye se trata realmente de apuntar y disparar", dice. "Con la vieja lente sin antirreflector de la Hawkeye, jurarías que has viajado en el tiempo al ver las imágenes. Dan ese aspecto de los años cincuenta. A la gente de mi edad cuando vemos esas fotos nos vienen recuerdos de la infancia".

El hecho de que las Brownies sean usadas todavía se debe a su diseño simple y sólido, cree.

"Muchos usuarios se pasaron a las cámaras digitales porque su trabajo se lo exigía. Pero nunca perdieron el amor por la película, el olor de los productos químicos, el trabajar en un cuarto oscuro, esperando a regresar a casa para procesar la película y ver si habían tomado una imagen buena, o esperando una semana para recibir los negativos del laboratorio".

"Las cámaras digitales nunca tendrán el calor que tenían las cámaras de revelado".

-----------

Contenido sugerido

Contenido GEC