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En el pasado, volar con la ayuda de propulsores era un asunto reservado a la ciencia ficción, a series de televisión como "Perdidos en el espacio".
Pero pronto podría ser una realidad para los que quieran ser pilotos o deseen invertir en un proyecto de tecnología.
Una compañía neozelandesa afirmó que ha desarrollado un cohete propulsor para uso personal que tiene potencial comercial.
La idea es que el producto, creado por Glenn Martin, pueda ser utilizado en un principio para emergencias por su versatilidad y autonomía.
Martin desarrolló decenas de prototipos en el garaje de su casa, con el objetivo de crear un artefacto individual que permitiera al hombre volar.
En el 2008, durante un exposición en Estados Unidos, logró llamar la atención del Pentágono y empezó a recibir una mayor inversión.
Aunque el costo de este aparato volador puede alcanzar los 150 mil dólares, se espera que en el futuro pueda ser utilizados por toda clase de público.
Este propulsor puede cargar 350 kilos y volar una distancia de 30 km a una velocidad de 74 km/h.
