¿Recuerdan esa escena de la cinta “Terminator 2” en la que el androide T-1000 se materializa desde el metal líquido? Ahora imagínense ese mismo proceso pero traído a la realidad en el campo de la impresión 3D.
Esta nueva tecnología, desarrollada por la empresa Carbon 3D, permite materializar objetos partiendo desde una resina líquida, para luego solidificarlos a una gran velocidad gracias a un sistema de luz digital y oxígeno.
Los modelos actuales de impresoras 3D son enormes máquinas que demoran una gran cantidad de tiempo en el proceso de materialización. Sin embargo, este nuevo invento es capaz de fabricar objetos de 25 a 100 veces más rápido que sus competidores.
¿Cómo funciona?
Las impresoras 3D convencionales crean un objeto a partir de una serie de capas, que se colocan una sobre otra hasta dar forma al producto deseado. Sin embargo, el dispositivo de Carbon 3D retira el objeto solido desde una especie de piscina de resina.
Esto se logra gracias a una propiedad de la resina llamada fotopolimerización, que consiste en la solidificación del líquido al ser expuesto a luz ultravioleta (UV).
Lo que hace la nueva impresora es utilizar un haz de luz UV dentro de la piscina que le da forma al diseño, como una especie de cuchilla. Y para evitar que el objeto se endurezca dentro del recipiente o se pegue a este, se ha incorporado una capa de oxígeno en el fondo de la piscina. Es así como se logra retirar un objeto de una sola pieza, con una textura más lisa y homogénea.
(Foto: Carbon 3D)
Los resultados de este invento han sido publicados en la revista Science por Joseph DeSimone, uno de los fundadores de Carbon 3D, y por su equipo de especialistas de la Universidad de Carolina del Norte (EE.UU.).
Fuente: FayerWayer, Vox