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El concreto es un material de construcción que se remonta a la antigua Grecia, aproximadamente al 500 a.C. Los elementos para su elaboración fueron cambiados y adoptados por los romanos, los cuales lo utilizaron en magistrales edificaciones como el Coliseo y el Panteón de Agripa.
Aunque el concreto ha demostrado ser un material fiable para la construcción, la tensión y el tiempo producen un grave deterioro en su estructura y ocasionan la aparición de grietas. Pero eso no acaba allí, el agua de las lluvias puede filtrase por las aberturas y llegar hasta los refuerzos de acero, lo que ocasiona que estos se corroan.
No obstante, este problema podría pronto acabar, gracias a un nuevo invento: el bioconcreto.
El microbiólogo Henk Jonkers, de la Universidad Técnica de Delft (Países Bajos), ha desarrollado un tipo de concreto capaz de ‘regenerarse’ y reparar las grietas que sufre por los factores ya mencionados.
“Creemos que nuestro concreto va a revolucionar la forma en la que se construye actualmente porque nos hemos inspirado en la naturaleza. Plantas y animales tienen la habilidad de curarse a sí mismos, y nosotros hemos logrado que el concreto pueda imitarlos”, indica Jonkers.
‘MATERIAL VIVO’
Para crear este bioconcreto, el científico empleó bacterias productoras de piedra caliza. De esta manera, los microorganismos son capaces de cerrar las brechas en la estructura.
Para este proceso se utilizó las bacterias ‘Bacillus pseudofirmus’ y ‘Sporosarcina pasteurii’, las cuales se pueden encontrar en lagos altamente salados cercanos a volcanes. Estos microorganismos son capaces de permanecer latentes durante un máximo de 200 años, permitiendo que los edificios con el bioconcreto mantengan por un largo tiempo su habilidad regenerativa.
Este ‘material vivo’ es desarrollado mezclando el concreto regular con las dos bacterias y cápsulas de lactato de calcio (alimento de los microorganismos).
Con el transcurso del tiempo se formarán las grietas y la lluvia empezará a filtrarse. En ese momento, el agua liberará el lactato de calcio de las cápsulas, que al contacto con las bacterias provocará que estas se multipliquen y combinen el calcio con iones de carbonato para formar calcita o piedra caliza, la cual cerrará las grietas de las edificaciones.
EDIFICIOS DEL FUTURO
La utilización de las bacterias en el concreto genera también otro beneficio. Los microorganismos consumen el oxígeno, que a su vez impide la corrosión interna del concreto armado, teniendo un edificio más resistente y capaz de regenerarse. Asimismo, las bacterias no suponen un riesgo para la salud humana, ya que solo pueden sobrevivir en las condiciones alcalinas del interior del material.
Este bioconcreto ha sido desarrollado como parte de una competencia de inventores europeos, en la cual Jonkers quedó finalista.
Según el científico, el bioconcreto llegaría al mercado en el 2016, pero este año será lanzado un líquido capaz de regenerar las grietas de los edificios ya construidos.
Inofensivo Las bacterias solo pueden sobrevivir en las condiciones alcalinas dentro del concreto.
Más datos La investigación del bioconcreto es parte de un proyecto más amplio para estudiar la autosanación en diferentes materiales, como plástico, polímeros y asfalto. Jonkers había pensado utilizar azúcar como alimento para las bacterias, pero hubiera causado un debilitamiento en el concreto. Jonkers trabaja en una nueva técnica de encapsulación bacteriana que bajaría el coste de producción del material.