(Foto: Exit International)
(Foto: Exit International)
Redacción EC

Hasta el día de hoy existe un amplio debate ético en torno al suicidio asistido por un médico profesional, discusión que va más allá del aspecto de la práctica de la salud social y alcanza connotaciones sociales e incluso religiosas.

Uno de los grandes impulsores de lo que denomina “suicidios racionales” es Philip Nitschke, un ex médico australiano afincado en los Países Bajos que aboga por el derecho de los pacientes terminales a tener una muerte que los libere del sufrimiento intratable de los males incurables que padecen. Dentro de su polémica actividad a favor de la , Nitschke viene desarrollando un dispositivo llamado Sarco.

Nitschke incluso ha recibido amenazas de muerte por su activismo a favor de la eutanasia,  a la que llama "suicidio racional. (Foto: AFP)
Nitschke incluso ha recibido amenazas de muerte por su activismo a favor de la eutanasia, a la que llama "suicidio racional. (Foto: AFP)

Se trata de una cámara de alta tecnología que puede fabricarse mediante la impresión 3D en cuyo interior, cualquier enfermo podría recibir una muerte “apacible”. Nitschke lleva tres años trabajando en Sacro junto al ingeniero neerlandés Alexander Bannick.

El australiano es conocido por ser el primer médico en administrar de forma legal una inyección letal a un paciente. Aunque él mismo se denomine el ‘Elon Musk de la eutanasia’, hay quienes lo llaman ‘Doctor muerte’ o ‘gurú de la eutanasia’.

Más allá de las complejas implicancias ideológicas detrás de este trabajo, la idea de Nitschke es que los usuarios potenciales del dispositivo demuestren la lucidez necesaria como para comprender las consecuencias de recurrir a Sarco.

“El Sarco ha sido desarrollado específicamente para proveer una muerte pacífica y confiable para un adulto racional sin la necesidad de asistencia médica o técnica específica”, señala el activista a favor de la eutanasia.

Tras demostrar a través de un test en línea que son dueños de su accionar, los usuarios ingresarán al interior de la cápsula, donde el nivel de oxígeno irá disminuyendo de forma progresiva hasta llegar a proporción menor al 5%. La consecuencia de esto es que el paciente terminará con su vida de forma indolora después de algunos minutos.

Nitschke fue influido por las ideas de Jack Kevorkian, médico estadounidense defensor de la eutanasia. Kevorkian inventó un dispositivo destinado a la práctica de la eutanasia llamado Thanatron, el cual aparece en esta imagen. (Foto: AFP)
Nitschke fue influido por las ideas de Jack Kevorkian, médico estadounidense defensor de la eutanasia. Kevorkian inventó un dispositivo destinado a la práctica de la eutanasia llamado Thanatron, el cual aparece en esta imagen. (Foto: AFP)

La lucha de Nitschke es polémica y lo ha llevado a crear el grupo Exit International, la principal plataforma desde la que impulsa su causa. El activismo ha hecho del retirado galeno blanco de críticas fuertes y numerosas, lo que no le ha impedido defender su postura, incluso tras una reciente amenaza de muerte.

“El argumento más común (en contra de la eutanasia) es que no existe una cosa como el suicidio racional y que el deseo de muerte es, por definición, el resultado de una enfermedad psiquiátrica. Yo rechazo esa idea”, contó Nitschke en una entrevista con la edición holandesa de “”, publicación en propiedad de “Vice”.

Según informa “”, Sarco actualmente tiene un modelo a escala que será lanzado en Toronto (Canadá), durante octubre de 2018 con motivo de un evento organizado por Exit International, el cual estará dedicado a “las nuevas tecnologías para una muerte pacífica”.

Indudablemente se trata de un tema complejo que seguirá dando mucho de qué hablar y sobre qué escribir.

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