El diseñador holandés Daan Roosegaarde acaba de lanzar un provocador proyecto que combina la moda con la tecnología. Para él, esta serie de vestidos llamados Intimacy 2.0, son una forma de “explorar la relación entre la intimidad y la tecnología”.
Las prendas están elaboradas con tiras de cuero unidas con láminas electro sensibles. Estas últimas están dotadas con sensores muy bien escondidos, capaces de captar ciertas alteraciones físicas que suceden en las personas cuando están excitadas sexualmente. Ante el aumento del ritmo cardíaco y la temperatura corporal, las e-láminas pierden su oscuridad y se vuelven transparentes.
EMOCIONES AL DESNUDO
Debido a que la excitación sexual no solo provoca estos cambios, los trajes inteligentes también muestran pérdida de tonalidad cuando el usuario siente miedo, ansiedad o una gran emoción.
Roosegaarde toma muy en serio el uso de Intimacy 2.0 y confía en que las prendas podrían llamar la atención más allá de un concepto, y ser adquiridas y usadas por compradores. Para ello, los prototipos iniciales de Intimacy tenían sensores en toda la prenda, pero en la nueva versión solo el torso tiene la facultad de la transparencia.