Por qué no debes cargar tu celular con la funda puesta

Las fundas para teléfonos móviles cumplen una función de protección para nuestros dispositivos. Sin embargo, cuando llega el momento de cargar el smartphone, su función cambia drásticamente y se convierte en todo lo contrario.

En el pasado, cuando los teléfonos móviles se cargaban a una potencia de 10 a 18 W, una funda no afectaba mucho al resultado, ya que la corriente almacenada en la batería no generaba una diferencia de temperatura suficiente como para activar los mecanismos de protección.

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Sin embargo, en la actualidad, tanto las temperaturas muy altas como las muy bajas son perjudiciales para el equipo. Por ello, las baterías y los sistemas de carga cuentan con mecanismos de seguridad que reducen la tasa de carga para evitar que la temperatura supere cierto punto y pueda haber problemas graves. Las baterías de litio utilizadas en nuestros teléfonos móviles tienen un comportamiento estable a temperaturas inferiores a los 30 ºC y una degradación muy baja hasta los 35-40 ºC.

Una vez que la temperatura supera los 40 ºC, varios estudios respaldan que las baterías comienzan a degradarse notablemente. Si el teléfono se calienta en exceso durante la carga, se produce una cristalización de los electrodos, lo que conduce a una pérdida de capacidad gradual con el tiempo. Este proceso no es automático ni directo, sino gradual, y con el tiempo notaremos cómo la autonomía del teléfono se reduce.

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Esto también afecta a los demás componentes del dispositivo, ya que durante la carga, todo el terminal se calienta debido al calentamiento de la batería. Esto también puede provocar un envejecimiento prematuro de la electrónica interna.

Si deseas aumentar la vida útil de tu teléfono móvil, quita la funda mientras lo cargas. Al hacerlo, incrementas la superficie de disipación del calor, especialmente si se retira la funda, lo cual puede ser beneficioso en términos de preservar la durabilidad y el rendimiento de tu dispositivo a largo plazo.