La tecnología está cobrando cada vez más importancia dentro de las aulas escolares. Muchos estudiantes se encuentran familiarizados con ella desde sus primeros años en las escuelas. Los alumnos de un remoto colegio en el VRAEM no son la excepción. Andrea Alejandro Ignacio es la profesora encargada de enseñar a pequeños de 4 años la construcción de robots, a través del juego y la creatividad.
“Algunos creen que la robótica es un curso que uno ve en la universidad, cuando está en una carrera relacionada a ella. Si les dices que niños de inicial son capaces de aprender sobre robots, les sonaría increíble”, explica la profesora Andrea en una entrevista con El Comercio.
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Más allá de los materiales que se necesiten o las circunstancias en las que se encuentren los alumnos, la robótica —y el uso de las tecnologías, en general— está al alcance de cualquier niño. Así es como Andrea, junto a otras profesoras, trabajan en adecuar el curso al contexto de cada estudiante.
“Hemos estado en varios colegios de diferentes partes del Perú y es sorprendente saber que los niños sí logran adecuarse al manejo de las tecnologías. Están interesados en saber cómo crear robots, qué se necesita. Obviamente la clave es llevar el curso como si fuera un juego, de manera didáctica. Pero también es importante conocer el ambiente en el que está el niño, si ya está familiarizado con equipos tecnológicos o si, por el contrario, nuestras clases serían su primer acercamiento”, comenta Andrea.
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Robótica a casi 3.000 metros de altura
Tal vez lo más sorprendente no solo sea el hecho de que pequeños de 4 años aprendan sobre tecnología, sino que en una escuela que está a casi 3.0000 metros de altura sea posible enseñar sobre robótica. Andrea tenía claro desde el principio que era un reto que debía afrontar, incluso desde el momento en el que conoció el lugar.
“Fue todo un desafío para las profesoras y para mí. Hay que tener en cuenta que en las primeras clases una no iba a venir y mostrarle a los alumnos los materiales para robots o las tablets. Debes tener tu primer acercamiento con la clase, que te cuenten sobre su día, qué es lo que conocen desde casa. Si no se hace esto, corremos dos riesgos: el primero es que los niños no te entiendan o no les interese lo que les enseñas. El segundo, es que solo vean la tecnología como una distracción y no como una herramienta para crear más cosas”, indica la profesora.
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La importancia de enseñarles a los alumnos desde pequeños que la tecnología es una herramienta para escalar a más creaciones es algo que se persigue en estas aulas. Esta formación estaría acompañada con la integración de valores relacionados al manejo de la tecnología.
Liliana Muñoz, docente de la Universidad Peruana Cayetano Heredia, comenta que “es necesario reconocer, en primer lugar, que la tecnología no es el fin en sí mismo, sino un recurso que adopta el docente para facilitar el aprendizaje. Es importante que esto también se aplique en las clases, que se le enseñe a los alumnos estos valores a la hora de manejar equipos tecnológicos”.
Por ello, las docentes conversan durante las primeras clases con los niños sobre si tienen internet o celulares en casa, y cómo creen ellos que funcionan estos equipos. De esta manera, podrán demostrarles que ellos también pueden crear un dispositivo si aprenden sobre tecnología.
“En el caso de los niños a los que enseño en el VRAEM, no es que no sepan qué es el internet o las computadoras. Lo que pasa es que han tenido escaso acceso a ellas, o piensan que es solo para estar en redes sociales”, sostiene Andrea.
La maestra también advierte: “He visto a muchos padres que le entregan el celular a sus hijos para que se distraigan mientras van a trabajar al campo. Ya no solo se trata de que exponer tanto tiempo a los pequeños a las pantallas sea peligroso, también puedes nublar su creatividad y sus habilidades”.
En cuanto al desarrollo de sus clases de robótica, menciona que “se va empezando desde lo más básico, y mientras el niño vaya considerando a la tecnología como una herramienta para su creatividad, entonces se le irá enseñando sobre otros temas como el de los robots”.
Fomentar el correcto manejo de la tecnología desde casa
La profesora Andrea explica que “no se trata de enseñar el curso como si fuera para un estudiante universitario. Existen ciertas limitaciones, las cuales no significarían que se reduzca el aprendizaje. Se fomenta el interés de los niños a través de actividades de acuerdo a su edad. Ellos son más sensoriales, entonces trabajamos mostrándoles carritos o juguetes y cómo han sido creados. También utilizamos videos de YouTube, uno o dos. No se trata de que los niños vean varios videos por horas, porque ahí ya no les estaríamos enseñando nada”.
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El objetivo de las clases es enseñar “como si estuvieras construyendo un muñeco”, según palabras de la maestra. Al trabajar con alumnos de 4 años, hay más posibilidades de emplear distintos materiales que se encuentren al alcance de la escuela. “Es entre piezas de plástico o metal, pero nada más allá de lo inaccesible” explica.
La docente Liliana Muñoz también resalta la importancia de realizar seguimiento a cada niño luego de culminar las clases. “Es importante la capacitación, acompañamiento y monitoreo continuo para que puedan consolidar sus competencias. Los resultados también se deben fortalecer fuera de las aulas, pero este paso ya estaría en manos de los padres o tutores”, indica.
Esto último sería “lo más complicado” para continuar con la formación de los estudiantes. Según ambas docentes, si los padres o tutores no continúan fomentando el interés en la tecnología, lo más probable es que los niños olviden lo aprendido.
“El curso de robótica es solo un pequeño paso, para un desarrollo que engloba todo el entorno de los niños”, finaliza Andrea Alejandro.