Diversos rubros se han visto beneficiados por la tecnología durante los últimos años, siendo el sector salud uno de ellos. Esta vez un equipo de ingenieros peruanos ha logrado desarrollar, en conjunto con el Instituto Nacional de Salud del Niño de San Borja (INSN), un robot que tiene como objetivo acompañar emocionalmente a los pacientes más pequeños de dicho centro de salud.
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Se trata de RoPi, un curioso y pequeño robot personalizable que busca que niños y niñas eviten estresarse luego de las operaciones por quemaduras. Así, el robot ayuda a sobrellevar la ansiedad y miedo que pueden sentir los pacientes durante el procedimiento y proceso de recuperación.
Un robot social
“RoPi fue una iniciativa de la DARS, fue un concurso de fondos de ayuda social de la PUCP”, explica a este Diario Manuel Aranda, ingeniero mecatrónico y parte del equipo detrás del robot. La DARS es la Dirección Académica de Responsabilidad Social, una unidad de la Pontificia Universidad Católica del Perú que promueve iniciativas de responsabilidad social universitaria.
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El proyecto arrancó durante la pandemia e inicialmente el equipo se dedicó a investigar sobre el robot social sin tener una idea clara del uso que tendría. “El primer año más que todo fue de prototipado del robot, luego de un año y unos cuantos meses se pudo contactar al Instituto Nacional del Niño, el cual nos permitió darle una solución a una problemática que ellos tenían dentro del hospital”, señala el ingeniero mecatrónico Diego Zegarra.
Además de Manuel y Diego, el grupo de investigadores está conformado por David Lizano, Sebastián Caballa y David Gonzales, también ingenieros mecatrónicos de la ya mencionada casa de estudios. Ellos estuvieron acompañados de Hector Oscanoa y Diego Arce, docentes de la sección mecatrónica del Departamento de Ingeniería.
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Asimismo, la psicóloga Gabriela Burgos, egresada de la PUCP y el psicólogo epidemiólogo de la Universidad Cayetano Heredia, Ricardo Galvez, son parte del equipo.
Para la elaboración de RoPi, el equipo optó por la técnica de impresión 3D con fines de validación del proyecto.
“La impresión 3D es un estado de fabricación que te permite, por así decirlo, terminar un diseño, dejarlo fabricando durante la noche para que al día siguiente ya puedas tener una pieza con la cual puedes trabajar, puedas mostrarla y demás. Entonces, para nosotros que empezamos a trabajarla en plena pandemia, bueno, pudimos sacar el primer prototipo de RoPi de una de nuestras casas”, explica Caballa a El Comercio.
Pero, ¿cómo funciona concretamente? Gracias a sus actuadores, RoPi puede girar y realizar movimientos con sus brazos y mantener una conversación con el paciente mediante una aplicación. “Tiene la capacidad de mostrar una cara con diferentes colores, diferentes estados de ánimo, puede mover la cabeza de arriba hacia abajo y a los costados, sus bracitos. Y también puede entablar una llamada mediante Discord”, agrega Zegarra.
La posibilidad de comunicarse con todos los niños peruanos
Además de español, el robot también “habla” en lenguas originarias. Junto al Ministerio de Cultura, el equipo logró incorporar en RoPi una serie de grabaciones en seis lenguas originarias: aimara, ashaninka, awajún, shipibo-konibo, ticuna y quechua. La grabación de las frases se realizó a través de la Central de Intérpretes y Traductores de Lenguas Indígenas (CIT).
“Trabajaron aproximadamente dos-tres días, que fue un sábado y un domingo, donde ellos hicieron la traducción de más de 100 frases en cada uno de los seis idiomas que te acabo de mencionar. Obviamente esos mensajes fueron validados por los especialistas que laboran en nuestro instituto y también por el equipo de ingenieros”, explica Galvez.
Con la incorporación de estas grabaciones, el equipo busca romper las barreras de lenguaje. “Los niños que internan en el Hospital del Niño suelen venir de todas partes del Perú, entonces no necesariamente manejan el idioma español, por lo que una forma amigable que nosotros hemos visto es que junto con RoPi, el personal de salud se pueda aproximar sin justamente tener esas limitaciones de lenguaje”, agrega.
Por el momento, RoPi aún está en desarrollo, el equipo busca perfeccionarlo y que a corto-mediano plazo pueda ser implementado en todos los servicios del Hospital del Niño y escalar a otras regiones del Perú. “Lo que queremos hacer es justamente recopilar nuevos fondos, perfeccionar la tecnología que usa nuestro robot y una vez esté listo, ya lo podemos ir expandiendo a otras áreas”, finaliza.