El cuerpo es como un lienzo. Así lo suelen ver muchos de los aficionados a los tatuajes. Sin embargo, también sucede que hay tatuajes que nos queremos quitar. Quizás porque contienen algún error, porque no se sienten cómodos con el diseño, o porque tiene un nombre que ya no queremos recordar. Es por eso que El Comercio conversó con el doctor Augusto Cáceres, dermatólogo, para que explique todo lo referente a estos temas.
Primero, hay que saber que es necesario tener la piel preparada si es que queremos hacernos un tatuaje. “La piel no debe tener lesiones recientes: que no hayan inflamaciones o infecciones. No se puede tatuar sobre la piel con erisipela (dermatitis solar). Hay que dejar que se solucione el problema y luego ya se puede hacer el tatuaje”, explica el doctor Cáceres. El experto señala que no hay problemas en realizarse tatuajes sobre cicatrices.
La siguiente recomendación es buscar un sitio de garantía, que cuente con las autorizaciones municipales y sanitarias para su funcionamiento, de manera que se pueda asegurar que el procedimiento se hará cumpliendo la normativa actual. Asimismo, Cáceres recomienda que es preferible elegir para el tatuaje una zona del cuerpo en donde la piel no esté cerca del hueso (muñecas, tobillos, empeines, etc.), de manera que si se quiere someter a la remoción del tatuaje el proceso será complicado.
De acuerdo con el experto, no se puede hablar de eliminación completa de un tatuaje. Siempre que se realiza algún tratamiento para su remoción, quedará una especie de sombra en la zona debido a la acción de los pigmentos utilizados.
Para la remoción del tatuaje se utilizan diversas técnicas. Entre ellas la más moderna y efectiva es la que usa láser. El dolor es mínimo y, dependiendo de las características del tatuaje, se necesitarán entre cuatro y ocho sesiones. El tiempo que hay que esperar entre sesiones es va de 30 a 60 días.