El uso de la inteligencia artificial podría ayudar a predecir desastres y a que menos gente se vea perjudicada. (Foto: AP)
El uso de la inteligencia artificial podría ayudar a predecir desastres y a que menos gente se vea perjudicada. (Foto: AP)
Redacción EC

Canvia es una empresa que tiene más de 30 años en el mercado local y que se ha especializado en brindar servicios de en el país. El Comercio conversó con Mario Rodríguez, Chief Commercial Officer de Canvia, quien asegura que es lógico pensar que un país como el nuestro se pueda convertir en uno con ciudades inteligentes.

¿Cómo se puede vincular la tecnología con la prevención de desastres?
Típicamente somos reactivos. Una vez que ocurre un hecho tratamos de paliar las cosas, reaccionando y dependemos de la infraestructura, del presupuesto y de la capacidad que tengamos de tomar decisiones en el momento. En los últimos años se ha confirmado que los desastres van a ocurrir cada vez más fuerte y en ciclos más cortos. 

¿Qué hace la tecnología y dónde aporta?
En la predicción. Ayuda a pasar de ser reactivo a ser proactivo. Cuando hablamos de tecnología y de desastres naturales tenemos ejemplos en diferentes partes del mundo que están un poco más expuestas a desastres que el Perú, para los tsunamis, por ejemplo. En ese caso hay sondas colocadas en altamar y que usando el internet de las cosas te van dando una cantidad de tiempo para tomar decisiones y realizar un procedimiento de evacuación. Pero también pasa por tener a la gente con la cultura de reacción. Pasa por tener predictibilidad en el estudio del clima, en no solo usarlo para desastres y saber temas de frío o de olas de calor o incendios, y eso es básicamente entendiendo data que viene de mucho tiempo atrás para hacer predictibilidad, usar IA, generar algoritmos, hacer machine learning y enseñarle a la computadora a correlacionar eventos basados en información verídica de la historia para comenzar a lanzar algunas predicciones.

Para Mario Rodríguez, Chief Commercial Officer de Canvia, la tecnología puede ofrecer bastantes alternativas para aliviar problemas derivados del cambio climático. (Foto: Bruno Ortiz B.)
Para Mario Rodríguez, Chief Commercial Officer de Canvia, la tecnología puede ofrecer bastantes alternativas para aliviar problemas derivados del cambio climático. (Foto: Bruno Ortiz B.)

Toda esta información se tiene desde hace mucho tiempo. Para que eso pueda funcionar se necesitan decisiones, alguien que diga: usemos la tecnología. ¿Cuál es el principal problema en ese sentido?
Sin dudas, esta es una ecuación de varias variables. Una de ellas es la tecnología, que existe y ha estado ahí desde hace tiempo. Otra ha sido la información, que ha estado ahí más tiempo aún. Un problema para correlacionar la data con la tecnología eran los altos costos que existían, pero eso es algo que ha cambiado brutalmente en los últimos años. Hoy el acceso a la información y a la tecnología es más rápido, mucho más barata. Esa parte de la ecuación está conseguida. Pero ahí no acaba el problema. Faltan los procesos, cultura y poder de decisión y tener presupuesto e infraestructura. Es una ecuación completa. Se detienen las cosas cuando pasan al control humano, cuando hay que tomar una decisión. Ahí es donde en países como el nuestro comienza a hacerse evidente y lógico pensar en ciudades inteligentes. Y si no empezamos a hacerlo ahorita, a formar las bases de esta ecuación, nos va a comer el mundo en poco tiempo.

Uno relaciona automáticamente ciudades inteligentes como semáforos inteligentes. Pero en el concepto que ustedes manejan, es mucho más que eso…
La gente siempre va a relacionar el concepto con lo que puede tocar y ver. Pero una ciudad inteligente da para mucho más. Es una variable que maneje desastres, transportes, prevención de riesgos y seguridad, que tenga procesos y procedimientos claros (leyes) que sean aplicadas y conocimiento de todos, y que exista una cultura en sus habitantes para cumplir con estas cosas. Hemos visto en nuestro país algunos avances, principalmente en infraestructura, pero no necesariamente están ligados. Es como en una empresa: si los procesos de sus diferentes áreas no están ligadas, todo se vuelve un caos. Necesitas que todo esté relacionado y necesitas decisiones gerenciales para que se ejecuten los planes que te has propuesto. Lo que proponemos es un modelo que abarque todos estos aspectos. 

¿Qué experiencia tienen en estos aspectos relacionados con las ciudades inteligentes?
Cuando hablamos de todos los temas de desastres y ciudades inteligentes hay algunos puntos que son importantes. En los temas de clima, de desastres, de manejo energético, transporte, seguridad pública e información del ciudadano son conceptos muy importantes para el momento que estamos viviendo y pensando en el tema de ciudades inteligentes. Nosotros tenemos experiencia en algunos de estos campos, como en la de información al ciudadano. Hemos participado en los temas del DNI electrónico; en facilitarle la vida a los empresarios para tener información electrónica en los procesos de importación y exportación; estamos también en trabajo con la ONP y los pensionistas, un proceso muy engorroso, con mucha información y se necesita trabajar con calidad de datos. Otro tema en donde nos hemos metido fuerte es en los temas de transporte, en cómo tener medios de transportes más ágiles y eficientes. Cómo trabajar con apps y token digitales, por ejemplo. También estamos en el tema de la energía y recursos naturales. Encontramos que hay una necesidad de seguridad en, por ejemplo, el transporte de combustibles. Entonces, usando internet de las cosas estamos trabajando con algunas compañías a gestionar sus flotas y el adecuado transporte del producto para que este llegue tal como salió del punto de partida. Estas cosas van naciendo porque las empresas van generando necesidades de diferentes tipos: generación de eficiencia, crecimiento de sus ingresos, mejor control. Pescamos esas necesidades y armamos soluciones. Estamos avanzando más y tenemos una buena experiencia en eso y siempre vincularnos con otros aspectos para cerrar el círculo de lo que es una ciudad inteligente.

¿Qué le falta a Lima para ser una ciudad inteligente?
Lo que necesitamos es transformarnos digitalmente, no solo cambiar procesos a digitales. Pasa por cuatro puntos: procesos y procedimientos; infraestructura; información; y, la cultura. Si te das cuenta, aunque suena trillado, la transformación digital de la que tanto se habla en las empresas es totalmente extrapolable al país. ¿Qué se ha venido avanzando? Se han hecho buenos esfuerzos en algunas obras de infraestructura vial, pero no interconectadas ni respondiendo a un plan. Se han hecho algunas buenas prácticas de información al ciudadano, sobre todo en las lo ligado al gobierno central. Hoy tienes un DNI electrónico, un pasaporte electrónico. Pero no hay un engranaje. Algunas cositas se vienen haciendo en temas de energía, donde estamos comenzando a ver algunas actividades para tener energía más barata, de mejor calidad y menor impacto en el ambiente. Pero siento que son esfuerzos aislados, que el Poder Ejecutivo no liga las cosas. Y siento que nosotros, la empresa privada, podemos tener un rol más activos y eso es lo que proponemos desde Canvia. De hecho nuestro propósito es hacerle la vida más fácil a las personas y, si lo extendemos, a la ciudadanía. En ese propópsito, nuestra propuesta es aportar. Nos hemos metido a aportar en transporte, en temas energéticos, en información al ciudadano, pero a veces no es tan fácil avanzar. A veces los procesos son muy largos, las decisiones demoran en tomarse. Pero la gran apuesta es que el privado y el público engranen para que salgamos todos ganando.

¿Qué tendría que pasar para que el Estado tome la decisión de convertir nuestras ciudades en inteligentes? ¿Cómo participaría el privado en ese escenario?
Lo primero que tiene que haber es ganas de hacerlo; luego, reconocer que necesitamos hacerlo y que tiene que haber un cambio; y tercero, tener la cultura para entender esto y generar el cambio.

¿Y este último no sería el punto más flaco, teniendo en cuenta que quienes toman las decisiones en estos temas no tienen la información o el interés y dejan pasar las cosas?
Efectivamente. De hecho, buena parte de nuestro trabajo cuando vamos a provincia es ir a explicar cómo nuestra solución tiene un impacto no solo social, sino económico positivo, un impacto de facilitarle la vida al ciudadano, así como cuál es nuestra participación y nuestro aporte, desde el punto de vista del valor. Lo que nos toca como compañía es ser sumamente transparentes en la ejecución y llevar propuestas de valor que en realidad generen un cambio positivo. Lo que esperamos es alguien lo suficientemente abierto que pueda enganchar con nuestra propuesta y luego pasar a la ejecución, y en lugar de años, el proceso tome meses o semanas. 

Una ciudad inteligente tiene como su base la información, pues a partir de su buena gestión se toman las decisiones. Pero una de las preocupaciones es el tema de la protección de esos datos, que es la nueva mercancía de valor. ¿Cómo es que trabajan en la seguridad de esta información?
Para nosotros es un tema muy sensible. Nos basamos en políticas y en una cultura que hemos forjado a lo largo de los años y en una experiencia en los proyectos que hemos ido generando en las empresas y en el sector público. Buscamos siempre firmar y ejecutar contratos que tengan estas condiciones y esas políticas transparentemente escritas y que esté claro que vamos a trabajar con información sensible y que esté claro que vamos a generar más información y que hayan políticas clarísimas de cómo vamos a proteger todo eso. Pasa en muchos casos por estar listos, por tener la experiencia y los contratos que te ayuden a tener un marco bajo el cual regirte.

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