Desde hace 10 años, un consorcio japonés conformado por universidades, compañías del sector e instituciones del gobierno trabaja en conseguir autos en los que en su fabricación se reduzca al máximo posible la huella de carbono. Para hacerlo trabajan con nanofibra de celulosa (CNF).
Este material, que pesa la quinta parte de lo que pesa el acero pero es cinco veces más resistente, se consigue de la corteza de los árboles más duros de la región. De hecho, los investigadores hablan de un “carro natural hecho de árboles”.
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Propiedades y ventajas
El auto ha sido bautizado como NCV (Nanocellulose Vehicle), y se trata de un proyecto que aún se encuentra en sus primeras fases. De momento, se han fabricado algunas piezas de los interiores y algunos sistemas eléctricos como el aire acondicionado.
Sus principales ventajas frente a los modelos tradicionales son:
•Son más livianos, por lo que consume menos combustible
• Son más resistentes
• Su fabricación deja menos huella de CO2
• Son altamente reciclables
¿Qué falta para que esté disponible?
La tecnología tiene que mejorarse para que la nanocelulosa y otros materiales sean compatibles a la hora del montaje. Pero sobre todo se tienen que reducir los costes.
Se calcula que, si se logra reducir un 10% el peso de los automóviles (algo que se quiere conseguir para 2020) se eliminan hasta 2.000 kilogramos de carbono del ciclo de vida de un carro, esto es el equivalente a las emisiones de un japonés durante un año.
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