La obsolescencia programada se puede encontrar en celulares, computadoras, electrodomésticos y otros dispositivos electrónicos. (Foto: Pixabay)
La obsolescencia programada se puede encontrar en celulares, computadoras, electrodomésticos y otros dispositivos electrónicos. (Foto: Pixabay)
Redacción EC

Hoy en día renovar un  a los dos años es una costumbre normal, puede ser por el lanzamiento de un nuevo equipo o porque nos vemos obligados a hacerlo, pues nuestro teléfono se volvió muy lento o empezó a fallar. A pesar de los cuidados que uno pueda tener, esto último es común y es más responsabilidad de las empresas que de los usuarios. 

¿Cómo? El fenómeno se le conoce como y consiste en la programación del fin de la vida útil de un producto en un determinado tiempo, que usualmente es entre un año y medio y dos años. Esto, obra de los fabricantes, se realiza durante la etapa de diseño, antes de que el dispositivo salga al mercado.


 

No solo afecta a celulares, sino también a otros equipos como tabletas, computadoras, impresoras o electrodomésticos. Uno de los motivos que impulsa realizar esta actividad es acelerar la renovación de equipos, lo que produce -consecuentemente- mayores ventas y ganancias. 

A finales de 2018, Benito Muros, presidente de la Fundación Energía e Innovación Sostenible sin Obsolescencia Programada (FENISS), fue consultado por el diario El País de España sobre la Obsolescencia programada. Esto fue lo que dijo: "Absolutamente todos los fabricantes de móviles la practican en estos momentos. Cuando el móvil se ralentiza o ciertas apps no funcionan, el usuario ya empieza a pensar que es normal”.

Para el español, de no ser por la obsolescencia programada, los celulares podrían durar de 12 a 15 años. 

Empresas multadas por la obsolescencia programada

En octubre de 2018, hace casi un año, la Autoridad Garante de la Competencia y del Mercado (AGGM, por sus siglas en italiano) multó a Samsung y a Apple por ralentizar deliberadamente sus teléfonos (lo mismo que obsolescencia programada) mediante actualizaciones que "provocaron graves disfunciones y redujeron de manera significativa sus prestaciones [de los equipos], acelerando así su sustitución", dijo la agencia.

Los surcoreanos tuvieron que pagar cinco millones de euros, mientras que la multa de los creadores del iPhone ascendió a diez millones de euros. 

En 2018, Apple tuvo que pagar 10 millones de euros en multas por la obsolescencia programada. (Foto: Pixabay)
En 2018, Apple tuvo que pagar 10 millones de euros en multas por la obsolescencia programada. (Foto: Pixabay)

"Las compañías del grupo Apple y del grupo Samsung aplicaron prácticas comerciales deshonestas", indicó en un comunicado la autoridad italiana tras su investigación.

De esta forma, los usuarios tendrían que reemplazar sus dispositivos mucho más rápido de lo esperado, generando más ganancias para las empresas de celulares. Asimismo, los costes de reparación de los equipos puede llegar a costar hasta un 40% de lo que valdría uno nuevo.

Esta decisión -histórica- fue una de las primeras en el mundo en castigar la obsolescencia programada. 

Los celulares en la mayoría de casos son presas de la obsolescencia programada. (Foto: Pixabay)
Los celulares en la mayoría de casos son presas de la obsolescencia programada. (Foto: Pixabay)

La obsolescencia programada más allá de los celulares

En 2017, en Francia, se registró otra investigación por obsolescencia programada. En aquella oportunidad, la asociación Halte à l'obsolescence programmée (HOP, 'basta a la obsolescencia programada') acusó a las fabricantes de impresoras Canon, Brother y Epson por "obligar" a los usuarios a comprar más cartuchos de tinta para sus equipos, aunque estos los tengan llenos. 

En la demanda de HOP, la asociación describe "técnicas" de los fabricantes como "el bloqueo de las impresiones con la excusa de que los cartuchos de tinta están vacíos cuando aún les queda tinta" (esto no incluye a los sistemas de tinta continua que se volvieron populares en nuestro país). 

Consecuencias negativas de la obsolescencia programada

Además del problema de perjudicar la economía de los usuarios (tener que reparar o comprar un nuevo equipo), la obsolescencia programada también posee consecuencias negativas en otros ámbitos. Uno de ellos es el ambiental. Ya que incrementa el consumo de los recursos limitados del planeta y genera miles de residuos tecnológicos cada año a nivel mundial. 

Según información de la Oficina Internacional del Reciclaje, se prevé que para el 2025 se generarán 53,9 millones de toneladas de desechos producto de los artefactos electrónicos, con un crecimiento de 3% más cada año.

Con información de AFP y El Comercio.

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