Después de satisfacer los deseos de sus padres, Fátima Aguilar Velásquez (Trujillo, 1991) satisfizo los suyos. Luego de graduarse en derecho, la presentadora de los noticieros de Latina “Edición Matinal” y “Edición Hora Punta” ejerció el periodismo. Un oficio que -asegura- le apasiona desde niña. “Soy periodista por vocación y abogada de profesión”, nos dice.
“Antes de mudarme a la capital, les entregué a mis papás mis cartones de abogada, que era la carrera que querían que ejerza, porque para mí siempre ha sido importante no decepcionarlos. Luego fui tras mis sueños de toda la vida”, explica.
Además de conducir el noticiero matutino de Latina junto a Alicia Retto, Aguilar está al frente de “Edición Hora Punta”, desde de las 6 p.m.. Un nuevo reto que asume con gran responsabilidad y gratitud.
“Definitivamente, es un reto para mí, porque es un horario nuevo, orientado a un público diferente: al que está apurado, regresando a casa de trabajar y no necesariamente quiere ver noticias. Por eso siempre tenemos que ir al grano, informar sin rodeos, con enlaces en vivo desde diferentes puntos de Lima y provincias. La idea también es que a través de WhatsApp y las redes sociales nos hagan llegar sus denuncias”, comenta. “Y esta nueva edición no solo se emite en TV, también se presenta mediante una transmisión en vivo en el App de Latina, la página web del canal, Facebook y YouTube”, enfatiza.
─¿Viene siendo un desafío adaptarte al doble horario?
La semana que pasó fue de adaptación. Dejé de hacer algunas cosas personales, pero esto para mí es importante porque tiene que ver con mi desarrollo profesional. Es una etapa en la que puedo meterle energía. La verdad es que cuando disfrutas tu chamba, sientes que todo está muy bien recompensado. Estoy en Latina desde diciembre del 2020, pero llevo ejerciendo el periodismo desde hace varios años atrás.
"Mi principal objetivo siempre fue ser periodista. Estudié derecho pensando en que podía utilizarla como herramienta en el periodismo"
─¿Cómo te involucras en el periodismo siendo abogada?
Siempre quise ser periodista. Desde chiquita sentía que la pantalla era para mí. Pude haber tenido otras aspiraciones, pero nunca me desligué de esa necesidad de poder transmitir y comunicar. De niña veía las noticias con mis padres, siempre tuve una conexión fuerte con el periodismo.
─¿En algún momento ejerciste la carrera de Derecho?
Alguna vez, en Lima, pasé por algunos estudios, pero la experiencia no fue positiva. Además, mi principal objetivo siempre fue ser periodista. Cuando ingresé a la universidad estudié derecho pensando en que podía utilizarla como herramienta en el periodismo, pues sin duda te da un punto de vista interesante.
─¿Cómo tomó tu papá el hecho de que no ejercieras la carrera de Derecho?
Cuando empecé a practicar en una canal en Trujillo, me decía que no me distrajera. Pero en el fondo creo que le gustaba que sea periodista, porque cuando me veía en pantalla o en algún spot publicitario, sonreía. Opinaba sobre mis entrevistas, me aconsejaba. Esa fue -quizás- su forma de demostrarme que estaba atento y contento con mi trabajo.
─¿Qué momentos han marcado tu carrera?
Recuerdo mucho el día que tuve el privilegio de compartir espacio con Mónica Delta, el día del golpe de Estado de Pedro Castillo. Nos agarró a todos en vivo. Y otro momento, fue cuando murió mi papá, a quien no veía desde hace varios meses por la cuarentena. No iba a visitarlo a Trujillo ni lo traía por temor al contagio. Mi papá se contagió, estuvo con oxígeno, y cuando necesitó una cama UCI, no conseguimos una a tiempo. Sus pulmones se cristalizaron. Fue difícil. Ahora lo puedo contar con una voz más pausada, pero en ese momento no podía hablar del tema sin llorar. Desde niña, mi mayor temor siempre fue perder a mis padres o que algo malo les pase.
─¿Qué representa el periodismo en tu vida?
Una oportunidad de llegar donde otros no pueden o no quieren. En esta última parte me refiero a las autoridades que probablemente no se animan a ir a la punta del cerro donde puede haber algún niño que requiere educación o atención médica. El periodismo nos permite ayudar a que la gente más necesitada tenga voz.
─¿Cuál ha sido el riesgo más grande que enfrentaste como periodista?
Honestamente, creo que en estos tiempos decir algo que no representa la voz mayoritaria implica un riesgo, y no creo ser la única que lo haya asumido. Estamos tan polarizados que muchos tienen la posibilidad de escribirnos o amenazarnos a través de un celular. Decir lo que realmente pensamos es como un deporte un poquito extremo.
"En plena campaña electoral me llamaban a mi celular a través de WhatsApp. Me pedían que deje de hablar de tal o cual candidato"
─¿Recibiste amenazas?
En plena campaña electoral me llamaban a mi celular a través de WhatsApp. Fue hace más de un año. No lo conté en su momento, pero por supuesto que tuve miedo. Me pedían que deje de hablar de tal o cual candidato. No tenía mucha experiencia en esto, no quería coger el teléfono, tenía miedo de salir a trabajar.
─¿Alguna situación incómoda o entrevistado complicado te llevó a perder el control durante una entrevista?
Nunca me pasó, pero hay situaciones incómodas, sobre todo con políticos que te responden todo el abecedario menos lo que les preguntas. De hecho muchos buscan que pises el palito, quieren pasarse de faltosos.
─¿Crees que peligra el periodismo a causa de la Inteligencia Artificial? ¿Crees que en un futuro los robots reemplazarán a los periodistas?
No creo que exista un robot que pueda reemplazar la sensibilidad de un ser humano. Cualquiera puede leer las noticias, pero la diferencia está en cómo las cuentas. Nosotros no solo relatamos una noticia, también nos compramos el pleito, nos metemos en la historia. Un robot no puede escribir tus líneas igual, tampoco puede escribir una canción de Shakira como lo hace ella.
─Después de nueve años de relación y casi cuatro de novios con Jorge Bustamante, ¿ya tienen fecha de boda?
Tenía como 28 años cuando fue la pedida de mano. Pensábamos casarnos en Trujillo, buscamos local y todo, pero tuvimos que postergar nuestros planes porque falleció mi suegro, luego vino la pandemia. Gracias a Dios estamos viviendo un compromiso muy bonito y la boda llegará algún día. Cuando llegue se enterarán (Ríe).