Sonia del Águila

Después de casi tres décadas de interpretar a un personaje ácido y confrontacional, el periodista y presentador (Lima, 1965) mostró su lado más vulnerable en televisión. Exteriorizó sus temores y debilidades en “El Gran Chef: Famosos”. Una conducta que generó empatía en el televidente. “Me sentí bien de estar menos solo”, asegura.

“Pasaba por un momento personal muy difícil. Me había quedado sin chamba y tenía un tema familiar. Y, efectivamente, el programa me permitió mostrar un lado distinto. A diferencia de un set de televisión, en una estación de cocina tus miedos y debilidades se ven expuestas”, explica. “Tengo más errores que virtudes y estos se vieron en pantalla. Se notó mi torpeza absoluta con las manos en el hecho de cortarme, quemarme y todo lo que ya es historia”, precisa Rondón Núñez.

¿Cómo llegas a “El Gran Chef: Famosos?

Al principio no acepté la propuesta porque no cocino. Y no solamente eso; como dato anecdótico, te cuento que no tengo cocina en mi departamento, solo horno microondas y hervidor. Vivo solo. Desayuno, almuerzo y ceno en la calle. Además, era evidenciar mis debilidades y no mis fortalezas, que era a lo que estaba acostumbrado. Afortunadamente, la gente de Latina insistió y algunos amigos me recomendaron probar, así que terminé aceptando.

─¿El Ricardo Rondón de programas previos a “El Gran Chef”, el que evidencia solo sus fortalezas, es un personaje?

La televisión funciona en base a personajes. En “En boca de todos” habían personajes definidos: teníamos a una Maju Mantilla que cumplía un rol específico, a una Tula divertida, criollaza; y necesitaba el programa un punto de vista frontal, directo y contundente cuando se tocaban temas de actualidad. Yo era el pitbull encargado de responder los ataques.

─¿”El Gran Chef” te permitió ser tú mismo?

Me permitió asumir mis propios retos y vencer mis miedos. Necesitaba enfrentarme a mí mismo, a mis propios monstruos y temores porque vivía momentos jodidos, muy difíciles. Por eso siento que este programa me hizo ser una mejor persona.

─Generaste empatía con el público.

Una empatía involuntaria que surgió por mostrarme como soy: con debilidades, torpezas, miedos, dolor, llanto y soledad.

─¿Eres un hombre solitario?

Soy un tipo que vive solo y al que nunca le importó el tema de las redes sociales, pero eso cambió desde que la gente empezó a tener empatía conmigo. El otro día que estaba en un supermercado, los niños empezaron a gritar. Creí que había aparecido Barney, pero era por mí. Me pidieron autógrafos. Sentí afecto, sentí que me querían. Me sentí bien de estar menos solo. Me ayudó muchísimo.

─¿Y esa soledad es por tu hijo, quien viajó a Estados Unidos?

No te voy a negar que haber trabajado durante cinco años juntos y pasar la pandemia solos fortaleció nuestra relación. Cuando él decide irse a Estados Unidos por proyectos personales, porque tiene que surgir, tomar su propio camino; sentí el impacto, el golpe. Me había aferrado a ese vínculo. Fue complicado volver a acostumbrarme a la soledad. “El Gran Chef” me ayudo mucho en ese sentido. Me reconcilió con mis vacíos, me acercó a mi familia y al público.

─¿Consideras que estás en la etapa más bonita de tu carrera?

Tengo 57 años y hace 30 estoy en televisión haciendo lo que me gusta. Y con respecto a tu pregunta, sí podría decirse que este es un momento especial, porque más allá de los excesos que a título personal cometí en televisión, sentí que se podía cambiar y hacer algo diferente.

─¿Qué excesos cometiste?

He sido muy enfático en mis puntos de vista. He tenido enfrentamientos abiertos, por ejemplo, con Magaly Medina o Rodrigo González. He respondido críticas con apasionamiento. Posiblemente también he sido duro al hacer mis preguntas. Y pido disculpas por eso. Lo que sí puedo afirmar es que nunca ataqué, ni lastimé, ni mancillé la honra de una mujer o de algún conductor.

─Tienes algún favorito en esta temporada de “El Gran Chef”?

Me encantan Mauricio Mesones, Laura Spoya y Mr. Peet. Este último juega muy bien sus fichas. Es un estratega.

─¿Es verdad que le robaste un beso a Susan León?

Que me perdone Susan, pero ella sabe que lo hice por emoción. Le dije que si ganaba la competencia, le daría un beso. Solo cumplí el compromiso. Luego del beso le pedí disculpas.

─¿Es verdad que pese a tener fama de conquistador y enamorador, no tienes suerte en el amor?

Es muy cierto, y debe ser por mi carácter. Cuando vives mucho tiempo solo te vuelves más intolerante. Uno puede ser coqueto, enamorador, pero eso no quiere decir que siempre te va a ligar.

─¿Te preocupa el paso de los años?

Como dice la canción de Ricardo Arjona, “Señora de las cuatro décadas”: “Póngale vida a los años, que es mejor. No le quite años a su vida”. Siempre vivo un día a la vez, nunca me proyecto más allá. Trato en lo posible de mantenerme vigente, a la vanguardia y de tener una continuidad en lo que hago. Sé que en algún momento llegará el retiro, pero es un tema en el cual no quiero pensar porque todavía falta mucho.

─Actualmente conduces el segmento “La olla del desayuno, tolón, tolón” en “Arriba mi gente”.¿Qué otros proyectos tienes para lo que resta del año?

Dentro de dos semanas estrenaré en Youtube el programa de entrevistas “Rondón tolón, tolón”. También visitaré albergues de niños y comedores populares. Iré a cocinar llevando todos los insumos. Además seré un chef de mascotas. Les llevaré comida que yo mismo prepararé. “El Gran Chef” me cambió la vida, me convirtió en el más rico de los hombres pobres.

Además…

“La olla del desayuno, tolón, tolón” se emite todos los miércoles en el programa "Arriba mi gente" de Latina.

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