Stephanie Cayo y Bruno Ascenzo son nombres reconocidos en el espectáculo nacional. La actriz, quien recientemente cumplió 32 años, ha sido una de las peruanas que más éxito ha tenido internacionalmente, encontrando fama en series como “Club de Cuervos” y en películas como “Como caído del cielo”. Ascenzo no se quedó atrás, pues actuó en películas como “Mañana te cuento” y “Locos de amor 2”, además de trabajar como director y guionista. Su último proyecto será la película romántica que Tondero prepara para Netflix, donde también participará Cayo.
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Una coincidencia une a estos dos artistas: ambos comenzaron en la telenovela “Travesuras del corazón”, allá en el lejano 1998. Producida por Iguana Producciones para Panamericana Televisión, la historia giraba en torno a Isabel Revilla (Patricia Pereyra), una joven actriz que camino al aeropuerto para irse a Londres por una oportunidad laboral se encuentra con una bebe abandonada. Su carácter amoroso atraerá a más niños a su alrededor, quienes pedirán su ayuda, abriendo una serie de aventuras e incluso la oportunidad para replantear su plan de vida.
El elenco era complementado con Renato Munster como Gonzalo Aguirre, el interés amoroso de la protagonista, mientras que la primera actriz Yvonne Frayssinet tenía el papel antagónico de Lucrecia de Vil (cualquier parecido con el personaje de “101 dálmatas” no es coincidencia). También participaron de esta producción la actriz Vanessa Terkes, Jimena Lindo y Noemí del Castillo, así como los actores Víctor Prada, Gian Piero Diaz y Renato Rossini, entre otros.
A más de 20 años de emitida la telenovela, y con el humor nostálgico causado por estos tiempos de cuarentena, rescatamos fragmentos de algunas entrevistas que dieron los jóvenes protagonistas de “Travesuras del corazón”.
LA PRIMERA ENTREVISTA
El primero fue publicado en El Comercio el 17 de diciembre de 1998, a cinco meses de comenzada la publicación. En ella, nuestra colega Mónica Villalobos conversa con “los pequeños actores” en una entrevista llena de “risas y ternura”. De resaltar de estos textos es el hecho que en ese entonces Stephanie Cayo no planteaba ser actriz, sino que soñaba con ser arquitecta.
Stephanie Cayo (10) - Cynthia
La televisión le era familiar por sus hermanas, las populares Bárbara y Fiorela, y a la menor de las Cayo que nos perdonen, pero también la más bonita le entraron ganas de saber de qué se trataba eso con lo que ellas se divertían tanto.
Ahora Stephanie conoce también el otro lado. Cambiarse y pintarse a cada rato no le hace mucha gracia a sus 10 años, a pesar de su innata coquetería. Y, contra todo pronóstico, tampoco quiere ser actriz. Dos posibilidades baraja por el momento: arquitectura o modelaje. Cualidades para la última le sobran: porte, cuerpo, rostro, cabello y gracia ante la cámara.
Dice que los chicos no la persiguen mucho, aunque su abuela cuenta que esas voces de anónimos enamorados que antes preguntaban por Fiorela, últimamente se han vuelto más agudas. Ella, como toda diva, no se incomoda ante el asedio. Y si los chicos la fastidian cantándole “travesuras...!”, o gritándole “¡Mauro!”, ella sólo responde: “gracias por ver la novela”. Perfil de estrella, sin duda.
A quien parece no hacerle mucha gracia que la niña de sus ojos sea manzana de la discordia entre dos precoces enamorados es a su padre. "Ay, mi papá", dice con ternura. "Con eso de Mauro pegó el grito en el cielo '¡Steeeeephanie! ¿Qué es esto?'. Yo le tuve que explicar, 'no, papito, es un amiguito que tengo por ahí...'. Y cuando viene por acá, me dice 'él es, ¿no?'. Pero es bien buena gente mi papi".
Bruno Ascenso (14) - Mauro
Es el mayor y el más serio. Aunque niega que las chicas lo persigan y asegura que entre el disco y la novela no ha tenido tiempo para nada, fuimos testigos de que algunas niñas lo esperaban y una carta de amor llegó a sus manos en la casa de grabación. Bruno se perfila como galán de la próxima década.
Aunque es su primera incursión en la tele y no tenía ninguna 'vara', su papel no fue fruto de la suerte o la casualidad. "Fue perseverancia. Me pasaba horas parado en la puerta de la casa Dasso. El guardián ya me conocía pero no me dejaba entrar, hasta que un día logré meterme y pregunté si necesitaban extras. En Boulevard siempre querían gente que caminara por ahí y yo, en vez de que me llamaran y me pagarán, los llamaba yo y lo hacía gratis. Después me dijeron para el 'casting', hice el taller y ya".
Esas ganas de estar en la televisión le nacieron a Bruno de tanto estar pegado a la pantalla, imaginando conocer a los artistas, participar en las grabaciones, ser reconocido en la calle y, sobre todo, actuar. "Es lo que más me gusta", afirma. Sin embargo, él tampoco avizora un futuro entre luces y cámaras. "Es divertido, pero todavía no sé qué voy a hacer".
Sus padres, neófitos en el asunto, accedieron con su promesa de que seguiría siendo buen alumno. Ahora Bruno está contento y tiene un nuevo grupo de amigos, aunque extraña un poco a los del colegio, y esos partiditos de fútbol de vez en cuando.
DESEOS NAVIDEÑOS
Menos de una semana después, los niños volverían a ser entrevistados sobre sus planes para las fiestas de fin de año, diálogo en los que revelarían otros detalles como sus cursos favoritos en el colegio. Para ese entonces, ninguno de los dos creían en Pápa Noel.
STEPHANIE CAYO
Para Stephanie Cayo, la actuación la lleva en la sangre, pues sus hermanas Bárbara y Fiorella, archiconocidas por Torbellino, son sus ídolos y sus principales maestras a la vez. Desde muy chica vio la actuación como lo más natural en su casa. Pero no por eso le fue más fácil llegar a la televisión. Al contrario de lo que podríamos suponer, ella tuvo que esperar mucho tiempo antes de que sus padres aceptarán su inclinación hacia la actuación. A sus diez años de edad, Stephanie tiene muy claro que desea ser arquitecta de grande, aunque actuar sea su pasión. Como toda niña de su edad, se lleva a las mil maravillas con sus hermanas mayores, pero sobre todo con su hermano Mario Alberto, que está por cumplir los trece años de edad.
Al igual que su personaje en la telenovela, ella se define como una chica lista y muy despierta, pero eso sí, nos aclara que las escenas de romance, los cuales realiza con Bruno, no entran en sus planes en la vida real. "Aún no tengo edad para estar pensando en chicos", puntualiza.
Para esta Navidad, ella ya lo tiene todo muy planificado. Una larga lista con nombres y respectivos obsequios guarda Stephanie en su bolsillo. Sólo espera que sus regalos sean los acertados. Está muy entusiasmada esperando por la Nochebuena, se preocupa más en lo que va a comprar a los demás que en pedir el suyo.
Pasarlo en familia es lo que más le gusta de estas fiestas. "Desde muy chica he pasado la Navidad muy feliz, rodeada de mis hermanos, primos y tíos. Nos juntamos todos y lo disfrutamos en grande. Ahora, ya voy a poder retribuir lo que estos diez años me han dado cada 24 de diciembre".
Regalo: “Una placa para Sponky, mi perro”.
Papá Noel: “Hace tiempo sé que no existe”.
A los niños: “Que pasen una linda Navidad en familia, que eso es lo importante”.
Colegio: Abelardo Quiñones
Cursos que le gustan: Matemáticas
No le gusta: Religión.
BRUNO ASCENZO
Mauro es el líder de la mancha de niños en Travesuras. Organiza los planes y está al tanto de todo lo que pasa. "Además le gusta ayudar a la gente", agrega Bruno Ascenzo (14).
Acabamos de verlo grabando una "bronca" verbal con José (Martín Zapata) y el chico es muy convincente cuando hace de malo. Y él lo sabe. Por eso dice que si le dieran a escoger se quedaría con un papel de "malo, malísimo". Como sea, él todavía no ha decidido qué profesión seguir y no está seguro de que le interese continuar actuando. Por ahora, se toma su tiempo y se prepara para disfrutar las fiestas y sus vacaciones: "Estoy guardando mi dinero para ir a Cancún con toda mi familia". El sabe cómo disfrutar la vida.
A sus 14 años, Mauro tiene la suerte de haber disfrutado de la misma cantidad de navidades hermosas, aunque hay una que recuerda con cierta tristeza: "La Navidad más triste que pasé fue cuando mi abuelo y mi tío no pudieron estar con nosotros para celebrar. Pasar estos días en familia es lo mejor".
Al igual que el resto de sus compañeros, ahora respira con alivio porque el año de estudios terminó. Las amanecidas quedan como un buen recuerdo de lo que uno tiene que hacer para conseguir lo que quiere. Mauro debe volver a grabar y lo hace sin remilgos, al fin y al cabo dentro de unas semanas los muros vetustos de esta casona y las largas jornadas de preparación dejarán paso al mar azul y al sol adormecedor de Cancún.
Regalo: Discman para escuchar todo tipo de música.
Papá Noel: “Hace cinco años mi mamá me dijo que no existía. En ese momento me decepcioné pero en realidad me gusta todo el ambiente que se arma en las fiestas”.
A los niños: “Que no pidan solamente regalos y que la pasen bonito”.
Colegio: Santa María.
Cursos que le gustan: Arte e Historia.
No le gusta: Matemáticas
NUEVOS PROYECTOS
“Travesuras del corazón” terminó en 1999 tras emitirse por 135 capítulos. A pesar de que la entonces joven Cayo no se mostraba tan segura de su futuro actoral, continuó con esta carrera hasta las alturas que la conocemos ahora (lo mismo fue el caso con Ascenzo). Finalizamos con una breve entrevista, publicada en setiembre de 1999, en la que la actriz habla de su siguiente incursión en la televisión. El resto ya es historia.
STEPHANIE CAYO
"Mi personaje es una niña de 12 años, alegre, muy viva, adora a su profesora y quiere a toda costa que ella y su hermano (Alejandro) tengan una relación", nos cuenta Stephanie, la menor de las hermanitas Cayo, presente en "María Emilia", la nueva novela de América. Es la segunda aparición de la pequeña actriz después de "Travesuras del corazón" y ahora le da vida a Gaby, una niña muy cariñosa".
¿Miedo a las cámaras? "Sí, al principio un poco de 'roche' pero ahora normal". Como suele suceder, en el colegio sus compañeros le hacen algunas bromas al verla en la pantalla chica. "A veces me molestan, me dicen algunas cosas... yo les digo que se callen, los 'choteo'", dice con una mirada pícara y una sonrisa angelical.
Sobre Fiorella y Bárbara (sus hermanas), Stephanie nos comenta: “A veces me aconsejan cuando no sé como hacer alguna escena”, dijo la pequeña que de grande quiere ser arquitecta.
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