Jorge Aravena (Lima, 1969) aún no terminaba de festejar su título como Campeón Nacional de Motocross en Venezuela cuando tuvo que decidir entre la actuación o seguir compitiendo en un deporte de alto riesgo. Con solo 20 años, optó por la primera opción, un camino artístico que, aunque prometedor, comenzó lleno de desafíos y carencias, recuerda el protagonista de “Pituca sin lucas”.
“Corrí motocross desde los 11 años, pero lo tuve que dejar cuando comencé en televisión. No me permitirían practicar ese deporte por temor a las lesiones. Esa fue mi primera gran desilusión”, recuerda el actor. “Estaba acostumbrado a la disciplina de las competencias: no iba a fiestas, corría temprano para ganar resistencia, comía sano. Pero la actuación me llamó la atención y quería independizarme. Sin contactos ni familiares en ese mundo, tuve que abrirme camino solo, y me costó muchísimo”, refiere destacando los desafíos en los inicios de la actuación.
“Si ahora me dijeran que tengo que empezar de nuevo como actor, no lo haría. Preferiría dedicarme a la carpintería o a la jardinería; pero no pasar por lo mismo otra vez. Al principio, el dinero ni siquiera me alcanzaba para pagar la habitación en la que vivía. Recuerdo que jugaba billar y apostaba en lugares peligrosos de Caracas para ganar algo y comprar comida. Sé lo que es acostarme dos noches sin comer”, confiesa.
El Perú en el corazón
Aravena Masías nació en Perú, y a los diez años se mudó con su familia a Venezuela, donde inició su carrera artística. A los 29, regresó para protagonizar “Girasoles para Lucía” junto a Gianella Neyra. Esta telenovela no solo le dio su primer protagónico, sino que también lanzó su carrera a nivel internacional.
“Perú tiene un significado muy especial para mí, tanto en lo personal como en lo profesional. Aunque llevaba nueve años actuando en Venezuela, fue en mi país de origen donde obtuve mi primer papel protagónico, lo cual marcó un hito en mi vida. Rompí con el dicho de que ‘nadie es profeta en su tierra’. No vengo de una familia acomodada, y nadie me regaló nada. Nunca vendí mi integridad ni comprometí mis valores para alcanzar mis metas”, aclara con orgullo.
Tras dos décadas lejos del Perú, Jorge regresó este año para interpretar a Manuel Gallardo en la telenovela “Pituca sin Lucas”. La propuesta le llegó el 15 de diciembre de 2023. Al principio, el actor no le prestó mucha atención, ya que pensaba que las grabaciones empezarían en febrero, cuando tenía dos compromisos ya pactados con Telemundo.
“Pero cuando me llega la sinopsis, y vi que una historia hermosa, que cualquier actor quisiera tener en sus manos para sacarle provecho, le dije a mi manager que siga con las conversaciones. Luego se retrasaron las grabaciones y todo se acomodó”, recuerda.
Esta semana, tras finalizar las grabaciones de la ficción de Latina, Jorge regresó a Miami, donde actualmente vive. Desde allí, está considerando nuevas propuestas de actuación, pero confiesa que su mayor deseo es volver a trabajar con Gianella Neyra.
“Nuestros managers están en contacto para ver si hacemos algo juntos en Perú. No hay nada concreto aún, pero me encantaría que se diera, ya sea un corto o una obra de teatro”, destaca.
"No vengo de una familia acomodada, y nadie me regaló nada. Nunca vendí mi integridad ni comprometí mis valores para alcanzar mis metas".
Amistad absoluta
Jorge Aravena aclara que está centrado en su vida profesional. Aunque en Perú se le relacionó con la modelo Stephanie Valenzuela tras la aparición de unas imágenes en una fiesta, el actor asegura que son solo amigos.
“Fue una noche de celebración entre amigos, no nos veíamos hace mucho tiempo. Cuando ella llegó a Lima me llamó para vernos. Terminamos encontrándonos en un restaurante y luego fuimos a una discoteca. Bailamos pegado, porque es mi estilo de bailar, pero no hubo ninguna falta de respeto”, detalla y comparte que en el aspecto sentimental está en una etapa de introspección.
“No estoy buscando una nueva relación de inmediato. Simplemente estoy en un proceso de reflexión y autoconocimiento”, subraya.