Cuando Chris Rock apareció un 25 de septiembre de 1995 en un episodio de “The Fresh Prince of Bel-Air” (”El príncipe del rap”) vistiendo un vestido con patrones de guepardo y utilizando una peluca rubia para intentar seducir a Will Smith probablemente nunca se imaginó que casi tres décadas después el mismo actor lo abofetearía públicamente y ante los ojos del mundo en la ceremonia del Oscar .
El incidente, todavía la comidilla de toda la prensa del espectáculo, muestra de una manera extraña qué tan lejos ha llegado este comediante, nacido en la localidad de Andrews, Carolina del Sur, un 7 de febrero de 1965 y criado en un suburbio de clase obrera de Brooklyn.
El mayor de ocho hermanos, Chris reveló que sufrió de ‘bullying’ cuando era niño. “Vivíamos en Bed-Stuy, uno de los guetos más famosos del mundo”, dijo el comediante a BET en 2014. “Mi madre y mi padre querían que fuera a una escuela mejor, así que me enviaron a un barrio blanco y pobre... Fui el único niño negro de mi curso durante la mayor parte del tiempo. También era un chico pequeño, un enano flaco”.
El comediante señaló que fue esta experiencia la que lo definió por el resto de su vida y le dio la rapidez mental y ambición que le sirvió para triunfar posteriormente.
Buscando su propia roca
A los 17 años, Rock abandonó la secundaria para empezar a hacer comedia ‘stand-up’ en varios clubes de Nueva York. Fue en uno de esos locales, llamado Catch a Rising Star, donde el joven comediante logró captar el ojo del ya famoso Eddie Murphy, quien se convirtió en su mentor y le dio su primer rol fílmico con un papel menor en la película “Beverly Hills Cop II” (1987).
En 1990 Chris Rock entró a “Saturday Night Live”, programa semillero para los grandes comediantes. En los tres años en los que participó en el programa interactuó con futuras estrellas como Chris Farley, Rob Schneider, David Spade y Adam Sandler, pero para 1993 diferencias con la dirección que estaba tomando el programa, así como sus intentos de convertirlo en el siguiente Eddie Murphy, llevaron a que decidiera pasarse a “In Living Color”, show con un elenco predominantemente afroamericano donde Rock estaba seguro que iba a ser el futuro de la comedia. Desafortunadamente para el actor cómico, el programa fue cancelado en mayo de 1994, un semanas después de incorporarse al mismo.
“La cultura está cambiando y yo no soy parte de ella. Esta m*erda se está poniendo más a la onda Esta m*erda se está volviendo más negra. Esta m*erda se está volviendo más rapera”, dijo Chris Rock en una entrevista con Marc Maron para el podcast “WTF”. “‘SNL’ sigue siendo un programa bastante blanco. Cuando me contrataron yo era el primer tipo negro en unos ocho años - y In ‘Living Color’ estaba de onda. (...) Quería estar en un entorno donde no tuviera que traducir la comedia que quería hacer”.
Muestra del tipo de comedia que Chris Rock quería hacer fue su filme “CB4″ (1993), que protagonizó y coescribió. La cinta, una parodia del grupo de ‘gangsta rap’ como N.W.A., logró más que triplicar su presupuesto inicial de seis millones.
Trayendo el dolor (y la fama)
Pero fueron sus especiales de comedia para HBO los que realmente lanzaron al estrellato a Rock, empezando con “Big Ass Jokes” en 1994, y en particular “Bring Up the Pain” de 1996. El show, que contiene la famosa y controversial rutina de “N***** vs Black People”, cristaliza el humor del comediante: crítico a la sociedad, autorreferencial y sin tapujos, sin importar a quien ofenda.
Tras esto el ascenso de Chris Rock no pudo detenerse. Además de lanzar dos especiales más titulados “Bigger & Blacker” (1999) y “Never Scared” (2004), el comediante también tuvo su propio programa de entrevistas titulado “The Chris Rock Show” en el que habló con algunas de las estrellas más grandes de la época como Adam Sandler, Whoopi Goldberg, Jay-Z y, más relevante ahora, Jada Pinkett-Smith.
Su carrera en Hollywood también recibió un nuevo impulso, al protagonizar y escribir en películas cómicas como “Down to Earth” (2001) y “Pootie Tang” (2001). El comediante también exploró otras facetas de las películas, al dirigir y protagonizar las películas “Head of State” (2003) y actuó junto a Anthony Hopkins en el thriller “Bad Company” (2002).
El 2005 fue un año particularmente ocupado para Rock, quien solo no actuó junto a Adam Sandler en la comedia “The Longest Yard”, sino que además lanzó su exitoso show autobiográfico “Everybody Hates Chris” y prestó su voz para la película de animación por computadora “Madagascar”, donde también participó Jada Pinkett.
Ese año también fue invitado por primera vez a conducir la ceremonia del Oscar, mostrando no solo que esta gala ha intentado de todo para subir sus rátings, sino que en ese entonces Chris Rock se había convertido en un hito para Hollywood.
Altos y bajos
Ya uno de los actores afroamericanos más reconocidos en Hollywood, Chris Rock continuó realizando proyectos propios como la comedia romántica “I Think I Love My Wife” (2007) y el documental “Good Hair” (2009), enfocado en los peinados de las mujeres afroamericanas. En 2010 actuó en “Death at a Funeral” y volvió a colaborar con Sandler con la película “Grown Ups” y su secuela en 2013.
En 2015 lanzó “Top Five”, una película dirigida, escrita y protagonizada por él mismo que toca temas autobiográficos, al tratarse de un actor cómico que busca hacer una transición a películas más serias. La cinta, en la que también actúan Kevin Hart y Rosario Dawson y en la que aparecen como cameos Adam Sandler, Whoopi Goldberg, DMX y Jerry Seinfeld, es considerada una de las mejores producciones de Chris Rock.
Un año después, el comediante vuelve a ser invitado a ser el anfitrión de los Oscar. El año fue particularmente relevante, no solo por la tensión racial en el país tras la prominente muerte de varios afroamericanos ante las fuerzas policiales, sino porque Hollywood y la misma Academia eran blanco de críticas por la falta de nominados afroamericanos a las categorías actorales, quejas que se cristalizaron en el ‘hashtag’ #OscarSoWhite.
A pesar de ser llamado a boicotear la ceremonia por otras celebridades afroamericanas, Chris Rock finalmente mantuvo su rol de anfitrión y durante el monólogo de ese año abordó profundamente el tema del racismo dentro de la meca del cine. “¿Es Hollywood racista?”, preguntó. “Sin lugar a dudas Hollywood es racista”. Sin embargo, el comediante señaló que el racismo de la meca del cine es más cercano a la rivalidad entre hermandades universitarias que al que “quema cruces”, en clara referencia al Ku Klux Klan.
Y si bien su aparición en esa ceremonia fue bien recibida, no estuvo falta de errores, incluyendo una broma con tres niños asiáticos que fue considerada de mal gusto por miembros de esta comunidad.
Fue ahí también que hizo una broma a costa de Jada Pinkett que muchos señalan como parte de la razón por la cual Will Smith estuvo tan presuroso de ir por los puños este año, al decir: “Jada dice que no viene. ¿Está en alguna serie de televisión? ¿Va a boicotear los Oscar? Jada boicoteando los Oscar es como yo boicoteando las bragas de Rihanna. No estaba invitado. Esa no es una invitación que rechazaría, pero lo entiendo, no estoy odiando”
Después de las carcajadas
Los últimos años han sido momentos de cambio para Chris Rock, quien en 2018 lanzó su especial de stand-up “Tamborine”, su primero en una década, y donde revela detalles oscuros de su fracaso matrimonio como sus infidelidades.
“La culpa es mía, porque soy un maldito idiota. No escuché. No fui amable. Tenía una actitud, pensaba: ‘Yo pago todo; puedo hacer lo que quiera’. Esa m***** no funciona. Me creía el hombre”, afirma.
Sus últimos proyectos han estado enfocados más en la actuación sería. Es así que en 2020 protagonizó la cuarta temporada de la serie de televisión “Fargo” y produjo y actuó en el reboot de la franquicia “Saw” titulada “Spiral” (2021).
Fue esta versión del actor, lejos de su cima y ya más cerca de los 60 que de los 50 años, la que asistió a la ceremonia el pasado 27 de marzo para presentar la categoría de Mejor documental. Lejos de ácidos comentarios sobre situaciones políticas actuales, Rock siguió el guion ya aprobado por el Oscar con un par de bromas anodinas. Su única chispa de originalidad llegó cuando vio a su antigua amiga y compañera de reparto Jada Pinkett y se le ocurrió la inapropiada compararla con “G.I. Jane”, desatando la desproporcionada reacción de su esposo, Will Smith.
Mientras todos hablan del incidente y la humillación sufrida por el cómico, Chris Rock ha parecido preferir mantenerse alejado de las cámaras en los últimos días. Pero esto es una situación que no podrá mantener por mucho tiempo, ya que este 30 de marzo tiene programado realizar una serie de shows en el Teatro Wilbur de Boston los cuales sirven como preludio para su nuevo tour mundial, el apropiadamente titulado “Ego Death World Tour”, es decir la muerte del ego. Las entradas, como cabe esperar, están agotadas.