Dos años pasaron ya desde el fallecimiento de Paul Walker, el actor estadounidense que diera vida a Brian O'Conner en la taquillera saga cinematográfica "Rápidos y Furiosos".
El 30 de noviembre de 2013, el portal "TMZ" informó un "último minuto" que provocó escalofríos en decenas de redacciones alrededor del mundo. Paul Walker había muerto tras sufrir un terrible accidente de tránsito en Santa Clarita, California.
Tras el impacto inicial de la noticia, se confirmaría la paralización de las grabaciones de "Rápidos y Furiosos 7". A la postre esta sería la más exitosa cinta de la saga de autos y bellas mujeres.
Paul Walker fue objeto de una serie de homenajes en actividades públicas ligadas al cine y la televisión. Su hija, Meadow Walker, agradeció la solidaridad de los fans de su papá.
En redes sociales y de forma pública, Vin Diesel y los demás protagonistas de "Rápidos y Furiosos" hablaron sobre el legado de su fallecido compañero.
A pesar de que pasaron dos años de su muerte, Paul Walker no puede descansar en paz, en medio de los deseos de sus familiares por demandar a Porsche, empresa fabricante del vehículo en el que se mató junto al piloto