Robin Williams estaba luchando también contra la paranoia, además de las enfermedades que ya se sabía que padecía, como la depresión y el Parkinson, según indica un último informe forense.
De acuerdo al informe obtenido por TMZ, la noche antes de que Robin Williams murió, el actor estadounidense puso varios relojes de pulsera en un calcetín y se los dio a alguien porque estaba preocupado por su custodia.
Williams tenía cuatro medicamentos en su cuerpo (dos antidepresivos y dos compuestos de cafeína), sin embargo se indica que estaba sobrio en el momento de la muerte.
Cuando las autoridades encontraron el cuerpo de Robin vieron una botella cerrada de Seroquel, un fármaco que trata la esquizofrenia, trastornos bipolares y depresión. Ese medicamento se prescribió una semana antes de su muerte.
Como se recuerda, el comediante de 63 años se suicidó 11 de agosto ahorcándose con un cinturón en su casa. Él también había intentado cortarse las venas con una navaja de bolsillo.
Williams estaba recibiendo tratamiento para la depresión severa, poco antes de su muerte. Tras su fallecimiento, se reveló que estaba en las primeras etapas de la enfermedad de Parkinson.