Este 13 y 15 de noviembre fanáticos de Shakira la podrán ver en las salas de cine con “Shakira In Concert: El Dorado World Tour”. Y si bien el documental muestra a la cantautora colombiana en uno de sus mayores momentos de triunfo, también deja vislumbrar uno de sus capítulos más oscuros de toda su carrera, la hemorragia de cuerdas vocales que sufrió poco antes de iniciar la gira y que la mantuvo alejada de los escenarios por más de medio año y, por momentos, la hizo pensar que nunca volvería a cantar y que afectó incluso sus relaciones personales.
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La pesadilla
“No ha sido una experiencia positiva”, recuerda la estrella de 42 años en una entrevista con el periódico británico Guardian.
El periplo de Isabel Mebarak Ripoll, nombre completo de la artista, empezó en octubre del 2017, durante la parte final de las prácticas del tour, sintió “una ronquera inusual que le impedía cantar. Los médicos detectaron que se había producido una hemorragia en mi cuerda vocal derecha”, escribió Shakira en su cuenta de Instagram el 14 de noviembre de 2017, antes de anunciar la cancelación de su tour.
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“Desde entonces me entregué plenamente al reposo de la voz tal y como me lo habían recomendado los especialistas. Desafortunadamente, la hemorragia parece no haberse reabsorbido aún y mi pesadilla continúa”, agregó.
En entrevistas recientes, Shakira parece ver todavía ese episodio, y lo que sufrió, como algo irreal.
“Siempre pensé que habría cosas en mi vida que se irían, como la belleza, la juventud, todo eso. Pero nunca pensé que mi voz me dejaría, porque es tan inherente a mi naturaleza. Es mi identidad. Así que cuando no podía cantar, era insoportable. Había momentos en los que ni podía salir de mi cama. Estaba tan deprimida”, dijo recientemente mientras promocionaba su nueva película.
“Sal de ahí y ponte a trabajar”
El canto no fue lo único afectado por la hemorragia, y el no poder hablar puso un estrés en sus relaciones personales con su pareja, el futbolista Gerard Piqué
“Tenía que comunicarme por símbolos y nadie podía entenderme”, lamentó la intérprete de “La bicicleta”.
Piqué y Shakira se conocieron durante las grabaciones del videoclip “Waka Waka” para el Mundial Sudáfrica 2010. A pesar de nunca haberse casado, la pareja se ha posicionado como uno de las relaciones entre celebridades más sólidas del mundo. En 2013 recibieron a su primogénito, Milán Piqué Mebarak, y dos años después nació Sasha Piqué Mebarak. Sin embargo, la lesión de Shakira pondría esta relación a prueba.
“Me convertí en una persona muy pesimista. Estaba amargada y era imposible estar cerca de mí. Gerard vio lo peor de mí”, recuerda Shakira.
“Él siempre bromea que cualquiera quiere que su esposa se callara, pero cuando tuve que reservar mi voz, él se sintió como uno de esos ex-convictos a quienes liberan y no saben qué hacer con la libertad”, dice la estrella, quien señala que nunca pelearon tanto como cuando no podía hablar.
La tensión llegó a un clímax a fines de noviembre del 2017, cuando varios medios reportaron de una pública pelea entre Piqué y Shakira en un restaurante de Barcelona. Según testigos contactados por la revista Cuore, la discusión se debió a la tardanza del futbolista a una comida con familiar y terminó con la cantante llorando públicamente.
"Me decía que no quería un futuro con una mujer amargada, que todos estaban haciendo música por ahí mientras yo estaba encerrada en casa con los niños. Sal de ahí y ponte a trabajar", recordó Shakira.
Reforzamientos positivos y negativos
Para muchos la actitud de Piqué puede parecer desconcertante, sobre todo si está dirigida a una mujer en una crisis como en el caso de Shakira en ese momento. Es por ello que El Comercio consultó con la psicoanalista Matilde Ureta de Caplansky, autora de “Apego, vínculo y amor en la pareja”, quien nos dio una posible explicación al caso.
“Para hablar de verdadero amor y pareja las personas que lo conforman no solo deben tener atracción física, sino también ‘espiritual’: es decir, compartir mutuamente respeto, cariño, ternura, empatía y solidaridad”, afirmó.
“Si uno de los dos pasa por una crisis, de cualquier índole, debemos suponer, esperar y desear que la pareja sana apoye, abrace y ayude al que está en crisis. Son valores esenciales de una familia o una pareja”, agregó.
Sin embargo, la especialista indicó que algunas personas creen en el reforzamiento negativo.
“Se puede lograr estimular al otro para que no se deprima y gane fuerzas para salir del atasco. Creo que fue el caso de la pareja a la cual nos referimos que Pique la ‘punzó’ “para ayudarla” a rescatar su dignidad y fuerzas, y así sacarla del abatimiento”, indicó.
A pesar de que pueda tener resultados positivos, la psicoanalista opinó que “es más eficiente la empatía y el afecto como remedios para curar una crisis”.
Una operación o intervención divina
Si bien los doctores recomendaron que la cantante se sometiera a una cirugía, ella prefirió utilizar métodos alternativos como hipnosis y meditación. Su temor era no solo que la cirugía no tuviera resultados, sino que su recuperación la alejaría de sus hijos.
En sus momentos de mayor desesperación, incluso viajó al Santuario de Nuestra Señora de Lourdes, un famoso lugar de peregrinaje, para recolectar agua bendita en búsqueda de una cura milagrosa. Cuando su voz retornó sin someterse al quirófano, la cantante describió la situación como “una experiencia religiosa”.
Su recuperación permitió a Shakira retomar el tour el 3 junio de 2018 en Hamburgo, Alemania, terminando el mismo el 3 de noviembre en Bogotá, Colombia. Durante esos meses la actriz realizó 54 conciertos en 21 países, recaudando alrededor de US$75 millones.
El trabajo más difícil
La lesión no fue la única dificultad de Shakira durante esa época, ya que la cantante tuvo que aprender a balancear su rol de madre con su vida artística.
“No sabía cómo se iba a sentir. En algunos puntos, pensé que sería imposible. Mis hijos son tan pequeños”, afirmó la artista.
“Ser una madre es el trabajo más difícil que he hecho. Nunca estoy segura si lo estoy haciendo bien. Siempre estoy teniendo dudas de mi misma Me encanta ser mamá, pero es un reto mantener el balance, el no permitir que ser madre te impida de leer un buen libro, de salir con tu pareja, de tener una conversación adulta”, agregó.
Otra de las preocupaciones de Shakira es darles una ambiente “normal” a sus hijos a pesar del alto perfil de sus padres, quienes continúan con su relación luego de la crisis del 2017. “Tratamos de ocultar todas las cosas anormales y pretender que somos una familia normal”.