Michael Finseth, actor que dio vida a 'Memo' en "1000 oficios". (Foto: USI)
Michael Finseth, actor que dio vida a 'Memo' en "1000 oficios". (Foto: USI)
/ ERNESTO QUILCATE
Sonia del Águila

“Compañerismo no siempre es amistad. Pero amistad siempre es compañerismo” - aforismo de Jose Narosky. evoca con nostalgia la época en que daba vida al divertido ‘Memo’ en “”. Recuerda sus escenas con cariño, sobre todo las más pintorescas; y se emociona al hablar de Efraín Aguilar, a quien llama ‘padre televisivo’. Le agradece por haber confiado en sus condiciones actorales, cuando sus propios compañeros de reparto exigieron su salida de la serie.

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-¿Cómo llegas a “1000 oficios”?

A mí me llamó, Gianina, la chica de cásting, me dijo que me había visto en una obra infantil y me propuso pasar un cásting para una serie de Canal 5. No me dio más detalles. Recuerdo que fui sin ningún tipo de pretensiones y tras pasar dos pruebas, me llamaron para decirme que tenía el papel.

-¿Fue tu debut en televisión?

Ya había actuado antes en algunas producciones, pero como extra, nunca había tenido un papel importante, no tenía experiencia, “1000 oficios” fue el inicio de todo para mí.

-¿Te costó adecuarte a las intensas grabaciones de los programas diarios?

Al comienzo fue difícil. La primera grabación que tuve fue en Chorrillos. Grabé con Lalo (César Ritter), Marianita (Magdyel Ugaz) y Lucía (Giselle Collao), hasta la madrugada. En ese tiempo tenía una enamorada que vivía en Barranco, la llamaba del teléfono público -porque todavía no había celular- para contarle cómo iban las grabaciones y ver la posibilidad de encontrarnos luego; pero estas se extendieron hasta las 3:00 a.m.. Con una sola cámara se hacían todos los planos, por eso había que grabar varias veces, era complicado.

-Efraín dice que eras nervioso, ensayabas bien, pero en cámaras actuabas mal, y eso originó que tus compañeros exijan tu salida de la serie. ¿Es verdad?

Efraín es mi ‘padre televisivo’, me dio la confianza para salir adelante. Claro que al principio me ponía nervioso porque nunca había actuado en televisión, prácticamente era mi primera vez. Y esa anécdota de que mis compañeros pidieron que me saquen, sí pudo haber pasado. Yo me acabo de enterar, lo bueno es que ninguno es mi amigo, así que me resbala, ja,ja,ja. Es una broma.

-¿No hiciste amigos en la serie?

Yo hago mi trabajo, tengo pocos amigos, no soy de hacer vida social ni de ir a fiestas. Los pocos amigos que tengo en televisión son bien contaditos, no pasan de cinco, y lo que digan o no digan es cosa del pasado. Lo importante es que le puse ganas, empuje, entrega, y tuve el apoyo de Efraín, de Gigio (Aranda) y de Estela (Redhead).

-¿Frecuentas a alguien de la serie?

Al único que frecuento es a Germán Loero de “Así es la vida”, hace poco hemos ido juntos a la casa de Gigio, con quien somos buenos amigos.

-¿Qué escena fue la que más te costó grabar?

Una que me bajó como cinco kilos de peso, fue la de ‘Memo Cojinova’. Me metía dentro de un disfraz de un pescado para hacerle propaganda a una cebichería. El disfraz era de dunlopillo y encima le habían metido terocal porque se estaba despegando, ja,ja,ja. Imagínate lo que era estar dentro de ese disfraz durante varias horas.

Después grabé otra escena con un carrito de venta de un producto, tenía que bajar desde una gran altura, raudo, y cuando quise frenar, salí volando del carro, me saqué la mugre.

-¿Qué representa Efraín Aguilar en tu vida?

Como te comentaba, es mi padre televisivo, me dio la oportunidad y tuvo la sapiencia de creer en mí, en que podía mejorar y superar mis nervios. También tengo que agradecerles a Adolfo Chuiman y Fernando Farrés porque siempre me apoyaron. A Adolfo le encanta guiar, dar tranquilidad, veía que los personajes de ‘Lalo’ y ‘Memo’ estaban creciendo, pero nunca tuvo problemas por eso.

-¿Recuerdas algún consejo que ellos te dieron?

Repasar los guiones y leerlos frente a un espejo, también me recomendaron querer al personaje. A ‘Memo’ lo adoro porque gracias a él llegue a la televisión y tuve las puertas abiertas de las casas de las personas. Y que la gente te recuerde con cariño por tu trabajo y no por un escándalo, es satisfactorio.

-¿Crees que debe haber secuela de Mil oficios?

Debería haber porque no tuvo el final adecuado. Uno nunca sabe lo que puede pasar, solo sé que la gente recuerda con gran cariño a “1000 oficios”.

-¿Por qué te desligaste de la actuación?

A mí me encanta el arte, me encanta la actuación, me encanta lo que he hecho desde el 2000 hasta el 2014; pero decidí parar porque me cansé de la vorágine de Lima y decidí regresar a Piura y apostar por cosas nuevas.

EMPRESARIO

-¿A qué te dedicas en Piura?

Tengo una distribuidora de ladrillos y con mi socio Claudio Lagarreta acabamos de lanzar en el Perú los únicos sorbetes comestibles en ocho sabores. Es un producto europeo y lo estamos vendiendo acá, en restaurantes, hoteles, bares y discotecas. Es para bebidas frías y al tiempo, cumple con todos los estándares de calidad y no contiene gluten.


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