La curiosidad humana no pide permiso. Simplemente se dispara y elabora tantas preguntas como escenarios, situaciones y experiencias vivamos. Muchas veces esas interrogantes se quedan sin respuesta. A veces por pudor, a veces porque nadie se atrevió a investigar. Lo que hace “100 humanos” de Netflix es atreverse a ir más allá de la vergüenza y el qué dirán, sin temor a caer en la incorrección política o en la condescendencia.
Son ocho capítulos en los que los anfitriones Zainab Johnson y Sammy Obeid, comediantes de profesión, junto a la actriz Alie Ward, llevan al espectador por temas tan diversos como provocadores y tan sugestivos como escatológicos. ¿Realmente las mujeres tardan en arreglarse más que los hombres? ¿Un buen bailarín es garantía de un buen rendimiento sexual? ¿Son las mujeres más vanidosas que los hombres? ¿Funciona más la crítica negativa o positiva? ¿La tortura es un medio eficiente para obtener información? ¿Los uniformes vuelven más atractivas a las personas? ¿Son los jóvenes más eficientes que los adultos? ¿Los ancianos huelen diferente? ¿Cómo se limpia la mayoría de personas luego de usar el baño? ¿Es verdad que las mujeres hablan más que los hombres? ¿Cómo funciona el efecto placebo? Estas son algunas de las decenas de interrogantes que el programa –estrenado el 13 de marzo– responde apelando a dinámicas y ejercicios de ciencia social diseñados por científicos. Y al término de cada experimento un especialista se encarga de comentar los resultados con argumentos teóricos que respaldan o, en algunos casos, desafían los resultados.
PRUEBAS CURIOSAS
Algunos episodios resultan reveladores, como cuando se le pidió a un grupo de mujeres y a otro de hombres que le explicaran a un extranjero qué es el michi, el juego de rayas y círculos sobre una grilla. Las mujeres utilizaron casi el doble de palabras que los hombres y la explicación de la experta en sociolingüística Nicole Holliday fue que las mujeres han desarrollado una necesidad de comunicarse más en cada oportunidad que tienen de ser escuchadas porque se desenvuelven en una sociedad en la que se les presta muy poca atención en comparación con los hombres.
Otro experimento memorable es cuando se dividió a las 100 personas representativas de todo Estados Unidos en grupos generacionales para determinar cuál era más eficiente. Así, las pruebas arrojaron que la generación con mejor memoria era la que estaba en sus veintes, seguida sorpresivamente por el grupo de los que pasaban los 60 años. Y en una prueba de habilidades manuales, llámese desenredar un par de audífonos, los veinteañeros fueron superados por los sexagenarios ampliamente.
En una ocasión los anfitriones del programa solicitaron voluntarios para un experimento que incluía tortura. El objetivo era conocer cuán eficiente es apelar a la violencia para conseguir una información. Se les pidió a los voluntarios que memorizaran una lista de palabras. La mitad de ellos fueron sometidos a la privación del sueño y expuestos a ruidos incómodos y de altos decibeles. Además de negarles alimento durante toda la noche. El otro grupo tuvo una fiesta con pizza y todos durmieron con tranquilidad. El resultado fue que aquellos que habían sido torturados no lograron recordar las palabras memorizadas la noche anterior. Mientras que los que habían descansado sí las recordaron.
Otro descubrimiento importante del programa está relacionado con el refuerzo positivo o negativo. La idea era descubrir qué era más efectivo para elevar el rendimiento: criticar duramente y sin contemplaciones o elogiar y hacer sentir mejor a las personas con comentarios positivos. Para ello, los voluntarios recibieron clases de equilibrio con platillos giratorios por parte de un malabarista. Luego de un par de horas de capacitación, los participantes exhibieron sus resultados ante los anfitriones y el propio maestro malabarista, quien tenía la indicación de hacer comentarios hirientes o amables indistintamente de lo que había demostrado el concursante. El resultado fue que aquellos que recibieron comentarios amables mejoraron su rendimiento en un 30%. Mientras que quienes fueron criticados sin piedad experimentaron una disminución de un 20%.
CONVIVENCIA PREVIA AL COVID-19
La convocatoria para el cásting de “100 humanos” fue hecha a mediados del 2018, por lo que las grabaciones se hicieron mucho antes de que el presidente Trump ordenara la cuarentena en Estados Unidos. La prensa de ese país no ha revelado que alguno de los participantes haya contraído coronavirus, y los conductores solo se han pronunciado a favor del programa en sus redes sociales.
Sobre la renovación de una nueva temporada, todavía no se escuchan noticias, ya que Netflix suele esperar al menos un mes desde los estrenos de sus programas para tomar esa decisión.
¿Hay cura para la covid-19?
Aún no existen pruebas de que alguna vacuna o medicamento pueda prevenir o curar la enfermedad. Sin embargo, los afectados deben recibir atención de salud para aliviar los síntomas; y si el paciente está grave, deberá ser hospitalizado.
La OMS coordina esfuerzos para encontrar la cura contra este nuevo coronavirus que ha acabado con la vida de miles de personas.
¿Debo usar mascarilla para protegerme del coronavirus?
Si no tiene síntomas respiratorios característicos del covid-19 (tos) ni debe cuidar de alguien que esté infectado, no es necesario llevar una mascarilla.
La OMS recomienda evitar su uso, debido a que en esta pandemia, estos implementos puede escasear. Ahora, recuerde que si usa uno, este es desechable; es decir, solo se puede utilizar una vez.
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