“El señor de los cielos”: Matías Novoa e Isabella Castillo confiesan que sus personajes afectan su relación en la vida real

La séptima temporada de “El señor de los cielos” (“The Lord of the Skies” en inglés) llega a la pantalla chica el próximo 14 de octubre a través de Telemundo. La serie de televisión estadounidense, producida por Argos Comunicación, regresa con nuevos capítulos cargados de acción, conflictos y drama.

Esta nueva entrega marca el retorno de Rafael Amaya como Aurelio Casillas. Como se recuerda, el actor tuvo que salir de la ficción a mitad de la sexta temporada lo que ocasionó que el intérprete Matías Novoa tome el protagonismo durante esos episodios de la famosa historia.

“La nueva temporada de la serie contará con el regreso de talentos como Rafael Amaya, Matías Novoa, Robinson Díaz, Carmen Aub e Isabella Castillo”, detalló Telemundo en el comunicado que despejó el camino para el retorno de “El señor de los cielos”.

Además, en la séptima temporada se incorporarán nuevos personajes que se unirán a este gran conflicto de la narcoserie de Telemundo. Los nuevos capítulos han sido grabados en México y Grecia.

Los actores Matías Novoa e Isabella Castillo, que interpretan a Amado Leal y Diana Ahumada en la serie, nos cuentan más detalles de lo que el público podrá ver en las pantallas en los próximos días. También, hablaron de sus personajes y cómo manejan su relación en la vida real y en la ficción.

La pareja decidió este año unir sus vidas como marido y mujer en la vida real, mientras que en la ficción sus personajes de Amado Leal y Diana Ahumada también viven una tórrida relación en la que se aman, pero todavía no terminan de conocerse y sus personalidades chocan por el temperamento y los arrebatos de Diana.

¿Cómo hacen los actores para que sus personajes no afecten su relación en la vida real? Sobre este tema, Matías Novoa e Isabella Castillo confesaron que es muy difícil manejar la situación pero que logran encontrar un balance.

“Pero hemos tratado de separarnos un poco de nuestros personajes”, es lo primero que comenta con una leve sonrisa el actor Matías Novoa a Los Ángeles Times en español.

“No es fácil”, agrega mientras Isabella interviene diciendo que luego de 14 horas de grabaciones diarias “a veces nos llevamos los personajes a la casa”.

“Por eso digo que no es fácil. Imagínate cuatro meses grabando el mismo personaje y muchas veces nos ha tocado llegar a la casa y decir ‘creo que sigo en personaje’”, señala el actor de origen chileno, mientras que Isabella agrega: “Y a veces llega dándome órdenes y yo que le saco la chancla cubana”, confiesa entre risas la actriz de ascendencia cubana.

Para Isabella Castillo, una de las razones por las que Matías podría estar viéndose afectado en la vida real, es porque el personaje de Diana es bastante competitivo y en la vida real Isabella también tiene un temperamento bastante explosivo y sin filtros que de seguro Matías las relaciona inconscientemente.

“Nosotros tenemos muchas escenas juntos y más que llevarlo a casa (los ensayos) el día que nos tocaba empezábamos antes de entrar al set a decir ‘oye cómo vamos a hacer esto, yo te voy a decir esto, no te voy a decir lo otro, yo te respondo esto’ y así le metíamos más cositas para alimentar la escena para que saliera mejor y eso nos ayudó mucho”, señala el joven actor.

“Y lo bueno es que hoy nos conocemos bien. Es peligroso, pero a la hora de grabar eso está bien”, dice con picardía Isabella. “Y también es terapéutico”, complementa Matías.

“Cuando le mentaba la madre, él me decía ‘cómo se te ocurre hacer eso” y yo le respondía ‘mi amor no soy yo, es el personaje”, señala la joven actriz.

Al parecer esa línea entre la realidad y la ficción es bastante fina y cuando menos se dan cuenta, ya no saben si los que hablan son Matías e Isabella o Amado y Diana. Pero tratan de manejarlo de la mejor manera.

En esta séptima temporada, que inicia el 14 de octubre a las 10 p.m. por Telemundo, se podrá conocer a fondo los orígenes de Amado Casillas, a quien en la pasada entrega lo vimos detenido y a punto de ser llevado ante la justicia de los Estados Unidos.