Hay cosas que solo pueden hacerse con la ciencia ficción y “X-Men 97″, en su séptimo episodio, abraza los aspectos más únicos de su narrativa para dejar todo listo para resolver su conflicto mayor: tras la destrucción de la nación mutante de Genosha, le toca al equipo protagónico encontrar y castigar a los responsables. Pero las respuestas, como todo en esta serie, no son nada sencillas.
La trama
Rogue (Lenore Zann) se enfrenta al ejército para descubrir la localización de Henry Gyrich, con la esperanza de que este enemigo de los mutantes sepa a su vez el paradero de Bolivar Trask (Gavin Hammon), creador de los centinelas y principal sospechoso del genocidio de Genosha; la búsqueda no le ofrece nada concreto. Mientras tanto, el mismo Trask revela a los X-Men que se encuentra en Madripoor, donde saca cuerpo del ataque y responsabiliza al villano Mr. Sinister (Chris Britton) del mismo.
Rogue, ya reunida con los X-Men, deja “morir” a Trask, quien se revela como un centinela de última generación, de tamaño humano pero con suficiente poder como para poner en aprietos a los mutantes más experimentados. Solo la intervención de Cable (Chris Potter) salva al equipo. Y en una localización no especificada, Mr. Sinister habla con su jefe, Bastion (Theo James), sobre sus planes a futuro.
Un episodio sobre el duelo
Tratar un genocidio parece imposible en un episodio de media hora, por eso “X-Men 97″ lo hace desde cómo sus personajes reaccionan al desastre. El funeral de Gambito sienta el tono con un discurso que, en boca de Nightcrawler (Adrian Hough), toca fibras. Escrita por Charley Feldman and JB Ballard, esta escena se vale del vocabulario de los juegos de azar para representar una vida vivida al límite, a veces fuera de la ley, pero que siempre tuvo el corazón en el lugar correcto.
La ausencia de Rogue en este funeral no pasó desapercibida. El capítulo se tomará su tiempo en mostrar el dolor del personaje, primero en la severidad con la que enfrenta la búsqueda de Gyrich, oponiéndose al mismísimo Capitán América, quien prefiere moverse conforme a ley. Tras ver a Gyrich, quien no le dio información útil, Rogue se reencuentra con sus compañeros y por fin se da un respiro para llorar a sus muertos. En situación similar se encuentra Cyclops (Ray Chase), quien tiene la esperanza de hallar viva a Madelyn Pryor y que, al descubrir en cambio a Emma Frost, derrama un lagrimón.
El encuentro de los X-Men con Trask se convierte en un punto de quiebre: una parte del equipo cuestiona lo que Rogue le hizo al científico; otros, entre ellos Wolverine, apoyan la ejecución. Magneto podrá estar muerto, pero el radicalismo que mostró en temporadas pasadas vive en estos mutantes. Esa es una cuestión que queda un poco en el aire en el episodio, tal vez con la promesa de desarrollarse más en el futuro, y que se ata con la conversación de Beast (George Buza) con la reportera Trish Tilby (Donna Jay Fulks), donde tratan las manifestaciones violentas de mutantes en todo el mundo.
Uno podría decir que el momento de la conciliación acabó con Genosha, que ahora corresponde a los mutantes una conducta distinta, con decisión, con violencia. El presidente de los Estados Unidos dora la píldora y pide paciencia, algo que los mutantes han ejercido por años y que no los ha llevado a nada; el Capitán América está en situación similar. Mientras tanto, Bastion tiene secuestrado a Magneto. Sus intenciones, un misterio.
A una semana de empezar el arco de “Tolerancia es extinción” con el que terminará la temporada, “X-Men 97″ combinó corazón y músculo en un episodio que, más allá de sus revelaciones, se enfocó en las dinámicas dentro del equipo. Una cosa es enfrentar al enemigo; otra, muy distinta, es hacerlo con el equipo dividido.
Pensamientos sueltos
- En los cómics, la destrucción de Genosha convierte a Emma Frost en miembro de los X-Men, entregándole a la audiencia notables dinámicas de personaje, como sus diálogos con Kitty Pryde (que todavía no aparece en esta serie) y su relación romántica con Cyclops.
- Me sumo a los comentarios que destacan el rol tan pequeño que tiene Wolverine en esta serie. No es una queja; el personaje ha sido tan usado las últimas décadas que resulta refrescante ver que otros mutantes reciben el rol protagónico.
- ¿Y acaso no hubo funeral de Magneto? Al parecer no había mucho amor por parte de los X-Men hacia su líder.
- Cuando examinó la mente de Gyrich, Rogue vio a Bastion, aunque no lo pudo identificar. También vio una figura que parece ser Nimrod, un centinela del futuro. En los cómics, Bastion es una fusión de Nimrod con Master Mold.
- En los cómics, Bastion no solo es un enemigo con fortaleza física; también es astuto. Así, el secreto de que Xavier está vivo promete ser un arma para desestabilizar a los mutantes.
- La trama de Jubilee y Roberto parece un poco fuera de lugar ante lo demás, pero en realidad se encuentra en el medio. El ocultar ser mutante por miedo al qué dirán alimenta la división entre el “nosotros” y “ellos”.
- En esa misma línea entra Beast, quien le paró los pies a Trish por hablar del miedo de la gente “normal” hacia los mutantes. ¿Cómo se puede hablar de miedo cuando los llamados peligrosos son, en realidad, las víctimas?
- Presumo que la división mutante sobre cómo proceder ante la intolerancia no quedará solo esta temporada, algo que podría explorarse más con el personaje de Cyclops.
- “El Oppenheimer de los pobres”. Nunca cambies, Morph.
CALIFICACIÓN
4.5 estrellas de 5
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