"Game of Thrones". (Foto: HBO)
"Game of Thrones". (Foto: HBO)

Emitidos dos episodios de la séptima temporada de "", podemos empezar a debatir ciertos aspectos de la adaptación que tienen a su cargo David Benioff y D.B. Weiss de la obra de George R.R. Martin, que desde hace ya un par de temporadas dejó de ser exactamente una adaptación pues todavía no hay libros que adaptar en el punto de la historia en la que se encuentran. Aquí algunas reflexiones sobre lo que vamos viendo en esta temporada.

1. SIN LIBROS NO HAY PARAÍSO
Algunos críticos -y me sumo a ellos- que desde que no tienen libros en los que apoyarse, la dupla creadora de la serie ha bajado el nivel de sus diálogos. Consideren lo siguiente: ¿existe alguna frase en el segundo capítulo de la séptima temporada ("Stormborn") digno de ser recordado? No. Las primeras temporadas estaban llenas de diálogos y conversaciones notables entre sus personajes, como aquella entre el maestre Aemon y Jon Snow ("Kill the boy") o varias de Ned Stark. Ahora, en lo poco que vamos viendo de la presente entrega (salvo alguno que otro en el estreno de la semana pasada), hemos sido testigos de obviedades como cuando Olenna Tyrell le dice a Daenerys que "sea un dragón" o Cersei contándole a los señores de Highgarden todo lo que ya sabemos (con un poco de ají) sobre la madre de los dragones.

2. NO SOLO DE 'HYPE' VIVE EL HOMBRE
Sé que es impopular decir que "Game of Thrones" ha bajado su nivel. Seguimos emocionándonos con cómo se desarrolla la historia de la serie, pero todo es gracias a las bases que se han construido en temporadas pasadas y el 'hype' (expectativas) que tenemos. Pero no habíamos visto hasta ahora diálogos tan impostados como cuando Samwell Tarly llega a la habitación de Jorah Mormont con el fin de aplicar un tratamiento raro en él para curarlo de la psoriagris y le dice con solemnidad "you're not going to die today" ("no vas a morir hoy día"). Por favor, estamos en un episodio de "Game of Thrones", no en una película de superhéroes.

3. PERSONAJES BIPOLARES
Como si fuera poco carecer de frases memorables, los dos episodios emitidos hasta el momento presentan contradicciones evidentes. Arya Stark, por ejemplo, siente empatía con un grupo de soldados Lannister a pocos minutos de sentarse con ellos, pero no mueve un músculo de la cara al reencontrarse con su amigo 'Hotpie', compañero de aventuras hace ya unas cuantas temporadas. Esto cambia, claro, cuando le mencionan que su hermano Jon está en el Norte. Algunos dicen que lo que estaba haciendo Arya era proteger a su amigo. Visualmente no hay nada que respalde esa teoría.

4. SITUACIONES INEXPLICABLES
Hay otras situaciones raras, como cuando a Daenerys se le ocurre dudar de la fidelidad de Varys. Ya van dos temporadas juntos, él se encargó de conseguir aliados y después de eso ella decidió volver a Westeros (porque estaba segura de las alianzas y gestiones que hizo el eunuco, es lo más lógico) pero una vez en Dragonstone, de pronto, se le ocurre que este la puede traicionar. ¿No era más lógico que las preguntas sobre quién la mandó a matar se las haga cuando recién lo conoció?

5. EL FACTOR 'MEÑIQUE'
Salvo que en los próximos episodios tengan preparado para él un giro dramático interesante, lo que están haciendo con 'Meñique' hasta el momento es tristísimo. Petyr Baelish lleva tres episodios siendo rechazado por Sansa -quien parece haber ya alcanzado su nivel- y así es como el mejor jugador del juego de tronos no tiene más remedio que acudir a Jon Snow, quien por supuesto lo pone contra la pared para luego amenazarlo. Es cierto que en la historia 'Meñique' no tiene muchas opciones para sacar la vuelta a sus juramentos, pero su arco argumental en Winterfell, más allá de intentar dividir a Sansa y a Jon (algo que pudo dejarse en claro en un solo episodio) carece de aporte. En el próximo episodio debería definirse su suerte o pasar algo que haga que de una vez por todas trascienda.

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