La primera gran batalla de “House of the Dragon” (“La casa del dragón”) llegó y se fue, y el costo para ambos lados del conflicto ha sido grande. Pero hay otros elementos para analizar más allá del marcador, de saber qué bando venció y cuál será el beneficio práctico de dicha victoria.
En King’s Landing el rey Aegon II (Tom Glynn-Carney) se impacienta al no saber cómo conducir una guerra; grita y pide explicaciones, no toma decisiones que influencien el campo de batalla. Mientras tanto, el Lord Mano Criston Cole (Fabien Frankel) sigue en su conquista de fortalezas enemigas y se dirige a tomar el castillo de Rook’s Rest. Lo más lógico sería atacar Harrenhal, que está en posesión de Daemon, pero el plan de Cole es bloquear por tierra a Dragonstone y Rook’s Rest es la forma de hacer eso.
Y hablando de Daemon (Matt Smith), el esposo de la reina del bando Negro busca aliados en la Tierra de los Ríos. Los Tully demuestran no ser de ayuda, así que va por los Blackwood, quienes ponen precio a la lealtad. Todo esto mientras Daemon se deja aconsejar por Alys Rivers (Gayle Rankin), bastarda de Harrenhal y bruja.
Mientras tanto, en Dragonstone las cosas no van bien. Sin Daemon y sin Rhaenyra, el Concejo de la Mesa Pintada no tiene claro qué hacer. Recién con el retorno de su reina se deciden por defender Rook’s Rest. Rhaenys (Eve Best) se ofrece junto a su dragona Meleys para defender los cielos, sin saber que Criston Cole había ya pactado con Aemond Targaryen (Ewan Mitchell) para que este ataque con Vaghar, el dragón más grande de todos. Por si esto fuera poco, también llegó a la lucha el mismísimo Aegon II a lomo de su dragón, Sunfyre.
La batalla de tres dragones complica el panorama, pero rápidamente Sunfyre queda fuera de combate por obra de Vaghar (Aemond no conoce el concepto de “fuego amigo”). Finalmente, Rhaenys y Meleys pelean, pero Aemond es más astuto y acaba con la dragona. Rhaenys cae, derrotada. Su muerte es segura.
Cuestión de valentía
No es gratuito el encuentro de Rhaenys y Alyn (Abubakar Salim). Para explicar esto me remito a citar SPOILERS de “Fuego y sangre”, la novela en la que se basa la serie. Allí el bastardo termina siendo legitimado y se convierte en heredero de Driftmark, el asiento tradicional de la casa Velaryon. De hecho, se sospecha que sea hijo bastardo de Corlys Velaryon (Steve Toussaint). Ya sin hijos que puedan necesitarla (ambos murieron en la primera temporada), y con un futuro heredero en el horizonte para su casa, es posible que Rhaenys haya considerado que su único valor estaba en la guerra.
No intento simplificar los sentimientos de un personaje de ficción, menos aún entrar a su mente. Eve Best, con las escasas líneas recibidas, ha hecho un gran trabajo al transmitir la dignidad de una princesa a quien le fue negado el Trono de Hierro. El punto es que, desde una perspectiva utilitaria, las funciones de Rhaenys se limitan a consejera o soldado. Ella eligió ser esto último, protegiendo así al hijo mayor de Rhaenyra, Jacaerys Velaryon (Harry Collett), quien se ofreció como jinete para la batalla.
Rhaenys pudo retirarse del combate. No una vez; dos veces pudo huir y los resultados de la batalla no habrían cambiado, los Verdes habrían ganado. La novela menciona que la princesa sabía que su dragona no tenía oportunidad contra los enemigos y que aun así eligió enfrentarlos. Su valor, cualesquiera que fuesen sus intenciones, fue recompensado con la muerte. Tal vez, defendiendo los intereses de Rhaenyra, buscó crear un resultado distinto. Que para variar una mujer ocupe el Trono de Hierro.
El reflejo oscuro de esta historia es la de Aegon. El rey no sabe nada de gobernar en tiempo de paz, y ciertamente tampoco en tiempo de guerra. Mientras Cole y su hermano Aemond toman decisiones a sus espaldas, el rey necesita demostrar quién es el más bravo. Ni siquiera su propia madre, Alicent, cree que sea capaz de eso, así que le dice que se quede calladito y deje a los adultos encargarse de la guerra.
Pero si hay algo que Aegon sabe hacer, eso es desobedecer y termina yendo él mismo a una batalla donde no lo llamaron. Criston Cole, sorprendido por la imprudencia de su rey, improvisa un discurso para motivar a las tropas; hace lo que puede con lo que tiene, una maniobra que recuerda a lo que hizo Otto Hightower tras el asesinato del príncipe heredero. La valentía de Aegon nace de un lugar completamente distinto al de Rhaenys. Y en este caso, la recompensa fue también oscura: Sunfyre quedó inhabilitado para el vuelo y su jinete salió quemado.
Solo por esas dos tramas, complementarias aunque ajenas, este episodio de “House of the Dragon” se convierte en el mejor de la temporada. La batalla estuvo bien hecha, un ejercicio audiovisual impecable, donde el combate aéreo pesó más que el de soldados en tierra (como debe ser). Pero los “fuegos artificiales” no habrían servido de nada de no ser por cómo se llegó al choque. Allí también intervino el odio de Aemond contra su hermano, que la serie anticipó en el tercer capítulo. Incluso el encuentro entre Rhaenyra y Alicent sirvió para crear más interés por la confrontación. En resumen, un paso hacia adelante.
Pensamientos sueltos
- ¿Dónde aprendió Aegon II alto valyrio? Para no matricularme allí.
- Fuera de bromas, la inutilidad de Aegon llegó a su punto máximo con su pobre manejo del idioma Targaryen. Nadie menos capacitado que él para gobernar. Será que en Westeros no conocen la meritocracia.
- Es una triste ironía que el dragón que causara la muerte de Rhaenys fuera Vaghar, que fue montado en su momento por la hija de la princesa, Laena.
- ¿Por qué Daemon sueña que mata a Rhaenyra? Tal vez sea su subconsciente el que le indica que quiere el poder para sí. Que jamás aceptó a su esposa, que es también su sobrina, como gobernante. Él también soñó con Aemond, lo vio como un reflejo de sí mismo.
- La escena en la que Daemon despierta, con la mano manchada de sangre, está muy bien editada. En una toma está la mancha, en la siguiente ya no.
- ¿Qué cosa le puso Alys Rivers al trago de Daemon? Como se dice popularmente, le formateó el disco duro.
- Alicent ha consumido té de la luna, el abortivo de Westeros. Así se asegura de no causar sospechas entre la corte. Aunque tal vez sea demasiado tarde, pues Larys Strong ya sabe algo.
- Dragonstone sin Rhaenyra es un animal sin cabeza. Jacaerys y Baela no saben mandar.
- Por fin Criston Cole recibe su apodo de “Hacedor de reyes”, cortesía de Lord Darklyn.
- Si bien la ausencia de Otto Hightower se deja sentir entre el bando Verde, lo cierto es que Cole y Aemond han tomado buenas decisiones tácticas.
- Rhaenyra ahora está convencida de que debe proteger al reino y que por eso debe ganar la Danza de Dragones. Y alguien que cree tener al destino de su lado puede volverse peligroso. Miren lo que pasó con Daenerys Targaryen en “Game of Thrones”.
- Terminamos con otra edición del ránking de los más odiados: Puesto 1: Aemond. Puesto 2: Cole. Puesto 3: Aegon II. Puesto 4: Alicent. Puesto 5: Daemon.
CALIFICACIÓN
4 estrellas de 5
Puedes ver “House of the Dragon” todos los domingos a las 8:00 p.m. por HBO Max.
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