"Scandal" llegó a su final tras siete temporadas

Cuando Shonda Rhimes ("Grey's Anatomy") crea una serie de televisión, se proyecta a que dure para siempre. Con la serie política "Scandal" no fue así, pero de todas maneras la historia se mantuvo siete temporadas en ABC, una de las canales con antena "caliente" de Estados Unidos. La serie acabó el jueves último.

En su episodio final Olivia Pope (Kerry Washington), la protagonista, pensó que terminaría en la cárcel, destino en apariencia inevitable tras lo ocurrido esta temporada en la serie de movimientos políticos en la capital de EE.UU. Todo empeoró con el suicidio del fiscal Lonnie Mencken.

Cuando todo parecía perdido para Olivia durante la audiencia, "Scandal" muestra su última carta bajo la manga: Eli Pope, padre de la protagonista, elabora un monólogo con el que dirige a todos los presentes a otra dirección, una donde su hija no es culpable, mientras que Jake Ballard, ex jefe de personal de la Casa Blanca, es expuesto.

Con Jake en la cárcel, Olivia Pope y el amor de su vida, el ex presidente Fitz Grant, ahora están juntos y en apariencia nada puede interponerse entre ellos.

Y así termina "Scandal", serie que convirtió a Olivia Pope en un personaje inolvidable por sus decisiones en los lugares a los que solo unos pocos elegidos de la clase política pueden entrar y salir con el honor intacto.

"Siento que ella ha sido un personaje muy tridimensional, una mujer independiente en un tiempo donde los personajes femeninos no eran realmente antihéroes, una antiheroína", contó Shonda Rhimes de en entrevista con Entertainment Weekly, donde le preguntaron sobre el legado de Olivia Pope.

"Ahora se siente muy normal y obvio que personajes femeninos puedan ser antihéroes, y se siente normal y obvio que mujeres de color puedan protagonizar shows. Así que espero que eso sea algo que esta serie haya hecho", añadió.