Rebecca Ferguson es Juliette Nichols, mecánica experta y buscadora de verdad, en "Silo".
Rebecca Ferguson es Juliette Nichols, mecánica experta y buscadora de verdad, en "Silo".
/ Rekha Garton

¿Qué cosa da forma a un estado? ¿Es su población o las instituciones? ¿Y qué pasa cuando los gobernantes tratan a los ciudadanos descontentos como enemigos de la patria? De eso trata “Silo” (), que estrena su segunda temporada esta semana. La serie pone el ojo en los poderes ejecutivo, judicial y la policía de una civilización donde los ciudadanos no tienen toda la información que necesitan para ejercer sus derechos. Al final de la primera tanda de episodios, el sistema empieza a ser cuestionado por quienes en otro momento solo habrían obedecido órdenes.

El detalle es que esta comunidad es, literalmente, un silo: un edificio subterráneo de 140 pisos donde viven aproximadamente 10.000 personas. ¿Salir a la superficie? Imposible. Quienes lo hacen mueren a los pocos segundos, contaminados por un veneno de naturaleza no revelada. Todo lo que la gente sabe es que son los únicos sobrevivientes de la humanidad. No tienen acceso siquiera a su historia, viven en un constante presente, sin pasado y con un futuro incierto. Ni siquiera pueden tener hijos libremente; la natalidad es controlada por el gobierno, los opositores son esterilizados en secreto.

En ese contexto entra en el panorama Juliette Nichols (Rebecca Ferguson), mecánica de profesión que es elegida para ser la siguiente sheriff, líder de la fuerza que pone orden entre los ciudadanos. Ella aprovecha su nuevo cargo para hacer preguntas sobre la muerte de su expareja, quien sabía secretos del silo. Los nuevos episodios mostrarán qué ocurre con ella cuando, condenada a salir del refugio, no muere delante de las cámaras, sino que se pierde de vista caminando. Su sobrevivencia, que es un acto de rebeldía en sí mismo, resquebraja un sistema social frágil.

En una conversación con la prensa latinoamericana en la que estuvo presente El Comercio, el showrunner Graham Yost reconoció que su serie tiene paralelos con el mundo real, en particular con las mentiras que se le dice a la gente desde el gobierno, y el deseo mismo de las personas por la verdad, pero que él y su equipo de guionistas prefieren enfocarse en los personajes. “Creo que todas esas cosas están abiertas a que la gente las interprete como deseen. Queríamos contar esta historia extraña de gente que vive bajo tierra en algún momento en el futuro, queríamos contarla con tanto realismo como sea posible”, dijo.

“Silo” muestra las consecuencias del abuso de poder, pero no solo desde el punto de vista de las víctimas. La serie se pone en la piel del opresor, y esta segunda temporada desarrolla los mecanismos detrás de una satrapía. Allí están los roles de Tim Robbins como el alcalde Bernard Holland, y el del rapero Common como Robert Sims, que es el brazo armado del Poder Judicial. ¿Siente esta gente remordimiento alguno?

“No hay tiempo para arrepentimientos, la emergencia es demasiado grande parala reflexión”, dijo Robbins, ganador del Oscar por “Río místico”. “Parte de las responsabilidades que ellos [Holland y Sims] tienen para la seguridad del silo es no cuestionar y creer en la orden que han recibido. Personalmente, yo tendría reflexión. No creo que Bernard tenga ese lujo. Es lo que pasa con los líderes todo el tiempo; racionalizan, encuentran modos de justificar sus acciones”, añadió. Por su parte, Common mencionó que su personaje empieza a tener dudas de si lo que hace es o no correcto. Si la tiranía cae o no es una pregunta que la serie tendrá que responder.

DATO

“Silo” temporada 2 estrena episodios todos los viernes desde el 15 de noviembre por Apple TV+.

Contenido sugerido

Contenido GEC